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Cartas al director

Parlamentarios, más educación, por Emilia Novas Soler

Educación, parlamentarios, más educación. De modo tan repetido como necesario ha tenido que denunciar Rivera en el mismo Congreso esa falta de educación, es decir, de democracia e imposibilidad de acuerdo que caracterizó -en gran parte por eso mismo- la fracasada investidura de presidente de Gobierno. En efecto: los otros tres grandes dirigentes de partidos, Rajoy, Sánchez e Iglesias, han vuelto a demostrar sin pudor este día su bochornosa falta de respeto entre sí, coreados por sus partidarios e imitadores. Lo peor de todo es que esos parlamentarios son representantes en eso también de una sociedad a la que contribuyen a crispar y enfrentar. Porque el hecho cifrado es que hasta en su aspecto formal tenemos uno de los peores niveles de educación de Europa; significativamente, ese mismo día y ante ese Parlamento, una manifestación de sindicatos y otras organizaciones educativas reclamaban un mejor nivel de educación, es decir, repitámoslo, de convivencia y democracia.

La ofensiva sobre Gibraltar, por Antonio Romero Ortega

Ha llegado a mis insignificantes oídos que Londres prepara una ofensiva sobre Gibraltar. Dado que es Inglaterra el país colonizador y, encima, tiene el tupé de atacar, hay que echarse a temblar. Secularmente, en Londres parecen creer que toda el agua navegable del mundo es de jurisdicción británica. A mí, con los insospechados adelantos tecnológicos de la era digital, no me extrañaría nada que un microsubmarino nuclear inglés saliera por el desagüe de mi bañera afirmando que el lugar donde me aseo es de nacionalidad británica. ¡ Ojalá esté tripulado por una guapa agente del MI6 que me invite a tomar el té !

Don Tancredo o el arte del inmovilismo, por Francisco Javier España Moscoso

Visto ya para sentencia el debate de investidura y a pesar de la buena oratoria, se me ha quedado un regusto agridulce que no sabría explicar y que resumo en esta reflexión: ¿dónde estuvo la política? Entre los lances, que los hubo, quiero resaltar por un lado, que los malos modos del PP ante la intervención de Rivera delataban lo que ya sospechábamos, que PP y Ciudadanos llevaban un acuerdo oculto para las legislativas del 20-D, ahora incumplido por la osadía de Rivera de pactar con el PSOE y por otro, que aquellos que se desmarcaban hace bien poco de la vieja política de izquierdas y derechas, rezumaban ideología por todos los lados; de ahí, que por momentos me costaba distinguir en el ruedo del Congreso a la figura inmóvil de don Tancredo, de la del toro envistiendo. El inmovilismo político es lo que tiene.

Consulta en dos años, por Manuel Delgado Iriarte

La crisis política amenaza con no resolverse ni con nuevas elecciones. Hay que pensar con urgencia en otras vías. Quizá la solución podría ser el compromiso del nuevo Gobierno de celebrar una consulta sobre su continuidad a los dos años de su mandato a cambio de la abstención de Podemos en su investidura. Las ventajas de esta alternativa para el mismo Podemos son enormes. En vez de compartir para muchos la culpabilidad en esta crisis gozaría del prestigio de resolverla. También podría actuar ya, como oposición así cualificada, frente a un Gobierno no en funciones. Además, tendría un tiempo precioso para consolidar su estructura y podría presentarse a esa consulta tras la mejora de la actual ley electoral. ¿Qué más pueden desear en este momento quienes creen en el valor y, por tanto, en el futuro de la causa que defienden?

Investidura y barro, por Francisco García Castro

Se ha celebrado ya el primer debate de investidura. ¿Qué decir? Yo diré lo del poeta Patrick Kavanagh: «Si no hay barro en la boca la canción es inútil». Cierto. Y no, no hay barro. Piedras sí, piedras hay. Y a mí me duelen los talones.

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