Quillo ha vuelto a hacerlo. Superó la barrera de los 40 años y sigue sin rivales. Este especialista de las largas distancias en bicicleta de montaña se alzó el pasado año con su quinta corona en los 101 kilómetros de la Legión en Ronda y este mismo fin de semana se ha proclamado en Huelva campeón de España en la categoría de ultramaratón.

José Márquez «Quillo» ha vuelto a poner en lo más alto la bandera de su Ojén natal, después de invertir poco más de siete horas y media en atravesar de la sierra al mar buena parte de la provincia onubense. En total, unos 200 kilómetros que reunieron a más de 1.500 ciclistas llegados desde todos los rincones del país.

La trayectoria deportiva de Quillo refleja a la perfección las penurias que padecen multitud de estrellas nacionales que compiten en disciplinas minoritarias. De hecho, con 27 años, después de quedarse fuera de los Juegos Olímpicos de Atenas decidió en 2004 colgar la bicicleta. Su extraordinario palmarés quedó ahí cortado, pero volvería casi con la misma capacidad competitiva a principios de la presente década.

A su cuarto puesto en el Mundial de Sierra Nevada de 2000 o los cuatro campeonatos de España cosechados en 1996, 1999, 2000 y 2003, le volvió a añadir hasta cuatro oros nacionales tras su regreso a la competición. Ahora, a los de 2011, 2015 o 2016, tenemos que sumarle el de este pasado sábado en la meta de Mazagón. Un metal especialmente llamativo, no sólo por la edad que acumulan sus piernas, sino también por las exigencias de la prueba: 3.000 metros de desnivel y tramos anegados por las intensas lluvias de la pasada semana.

Quillo, consciente de las enormes dificultades que en la actualidad presenta el ciclismo en general, no piensa de momento en una segunda y definitiva retirada. Vive una nueva juventud, como tantos y tantos atletas de fondo que pasados los 40 consiguen compensar con regulación de los esfuerzos sus carencias físicas frente a talentos emergentes. No obstante, reconoce que se presenta un futuro muy negro para su minoritaria disciplina deportiva.

Reconoce que hay una preocupante falta de relevo generacional. Y lo dice quien comenzó con 16 años, a principios de la década de los noventa, en pleno auge en España de la bicicleta de montaña. Denuncia que faltan equipos, así como jóvenes dispuestos a sacrificios personales que permitan mantener el listón de las dos últimas décadas en lo más alto. Pero tampoco ayuda que muchos corredores andaluces hayan optado por pruebas como el triatlón.

En ese camino evolucionó el rinconero Rubén Ruzafa, tras haberse proclamado en 2005 campeón del Mundo de bicicleta de montaña en la prueba de campo a través por relevos. En su caso, ni siquiera sus posteriores siete coronas universales en triatlón cross han propiciado esa savia nueva por la que lucha, en primera persona, el ciclista Luis Ángel Maté. Este profesional de Cofidis, en su caso orgullo de Marbella, tiene abierta desde hace un lustro una academia propia para intentar relevar a unos esforzados de la ruta cada vez más veteranos.