¡Ay, don Stephen Sackur! ¡Qué grande es usted! Como demócrata, le doy las gracias. Por desmontar, el pasado 18 de octubre, con cuatro fintas magistrales, en el programa de Hardtalk, el Agitprop del conseller d'Exteriors de la Generalitat. No fue un buen día para don Ernest Maragall, uno de los tribunos del Fascio Catalán, según la brillante definición del maestro Félix de Azúa. Como recogió un titular de prensa, "La BBC pone contra las cuerdas a Ernest Maragall". Se lo merecía el señor conseller, tanto por su osadía como por su desprecio a la verdad. Es obvio que no se dio cuenta don Ernest de que estaba delante del formidable Stephen Sackur, titulado por Cambridge y Harvard y curtido en épicas batallas periodísticas. No en vano ha convertido el legendario presentador a Hardtalk en el programa estrella de la BBC World News.

Por cierto, fue un placer el ver a Sackur de nuevo el lunes pasado entrevistando a otro invitado. Instalado éste en una galaxia a años luz del citado francotirador de la Marca Hipánica y sus comilitones. Fue reconfortante el poder observar el respeto y la admiración que obviamente sentía por su entrevistador el invitado, otro gran periodista: Martin Baron, el editor ejecutivo del Washington Post. Sí. El heroico Washington Post. Nada más y nada menos. Desde los lejanos tiempos del Watergate, azote de políticos embaucadores, tiranos y cleptócratas golpistas. Fue una buena experiencia el verlos y el oírlos en la edición del Hardtalk del lunes pasado, el 12 de noviembre. Fue a las 7:30 de la tarde. Tienen tal audiencia mundial las entrevistas de HARDtalk (así lo escribe la BBC) que hay varias ediciones al día del programa. Para poder adaptarse mejor al máximo número de televidentes en los diferentes husos horarios del planeta.

Fue interesante el momento, en una entrevista que puede ser considerada antológica, cuando el maestro Sackur consiguió que Martin Baron le explicara cómo logra el Washington Post establecer más allá de toda duda razonable las posibles mentiras ("lies") que el actual presidente norteamericano suministra continuamente a sus bases a través de sus tuits y otros medios. 6.000 mentiras contabilizadas hasta ahora, según el editor del Washington Post. Fascinante. Y también inquietante. Sobre todo por la complacida y daltónica aceptación por las bases trumpianas de la mentira institucionalizada, como si de unas cómodas zapatillas para andar por casa se tratara.

Es obvio que hoy en día los periodistas valientes y honestos viven en tiempos de zozobra y peligros. Que van desde el reciente martirio y muerte de Jamal Khashoggi al reportero de la CNN que es señalado por el presidente Trump en una reciente y vergonzosa rueda de prensa de la otrora augusta Casa Blanca como "un enemigo del pueblo". Por eso admiramos desde hace tiempo a Stephen Sackur, un granítico, inteligente y siempre amable profesional. Comprometido sin fisuras con la ética de su misión. Y al que deseo todo lo mejor.

Pues fue un gran norteamericano, Thomas Jefferson, el que dejó el 16 de enero de 1787 escritas estas palabras en una carta a su amigo el coronel Thomas Carrington: "Si me correspondiera el decidir si deberíamos tener un gobierno sin periódicos o unos periódicos sin gobierno, no dudaría ni por un momento en preferir lo segundo."