Un café en el Congreso
Hay un pasaje en la novela de H. Fielding, ‘Tom Jones’, que bien podría vislumbrar lo que se habló en la cuarta planta del Congreso, entre Sánchez e Iglesias, el día del pacto de coalición. Dice: Querido Tom, nos debemos mutuos favores. A mí me debe usted el haber recuperado su libertad (sustituimos libertad por protagonismo político). Yo le debo a usted el haber perdido la mía (digamos aquí, mis ínfulas de César). Y sigue : pero si usted se siente tan feliz como yo me siento, le aseguro que entonces somos los hombres más felices de Inglaterra (España).
Así pudo ser, entre sorbo y sorbo de un buen café.
Ahora, sólo queda, que esa felicidad llegue a los barrios, a las periferias, al mercado.
Puede ser.
Francisco García Castro
Estepona