Viva el 8 de marzo

u El que se jacta de ello, de lo sucedido en una manifestación utilizada por motivos políticos sin importarle el riesgo que corrían numerosas personas, tras la cual se detectaron miles de infectados por el coronavirus, mancha la memoria de más de 40.000 fallecidos durante los últimos meses. Da así la razón a todos los cientos de miles de ciudadanos que emplean numerosos calificativos sobre su persona, porque con ello, y muchos otros actos, parece que no solo es un farsante ignorante, ruin temerario, mezquino impresentable, que parece defender las mentiras con más mentiras, y que con sus indignas chapuzas se atrinchera para mantenerse en el poder, cual si fuera uno de esos tantos burdos dictadores que ha habido a lo largo de la historia. Pero esa misma historia demuestra que al final muchos de esos personajes que parecían canallas despreciables tuvieron, tarde o temprano, que rendir cuentas.

J. Fernández. Málaga