Desde hace semanas vengo reteniendo esta reflexión, por dos razones. La primera, no me ha dado tiempo a pararme y poner por escrito lo que pienso. Y más cuando hay tantas cosas por hacer en el día a día de la escuela, en estos tiempos de necesidades nuevas y antiguas, seguimos hasta arriba de tareas y no podemos dejar de atenderlas.

Segundo, esta reflexión, si es imprudente lo es a nivel personal. Para nada quiero que mi falta de prudencia afecte al colegio del que formo parte. Es una reflexión personal, por lo que si alguien se siente molesto, que lo haga con mi persona, no con el colegio donde soy uno más.

Seguimos a vueltas con los debates sobre la concertada y/o pública. Ante esto sólo quiero centrarme en un aspecto: miremos de ambas la misión y servicio educativo que realizan, analicemos su misión educativa. De ambas habrá cuestiones a mejorar y aprender; y entre ellas cooperar. Normalmente suelo consultar con compañeros de la pública como realizan determinadas tareas en sus centro, porque sé que son grandes profesionales, y aprendo de ellos. De ambas el fin es una misión educativa que busque el bien del alumnado, familias y barrio del que forman parte.

Para un criterio de análisis objetivo, miremos lo que cada una recibe por alumno, por unidad,... para que veamos si partimos en igualdad de condiciones - no por ser pública o concertada deben tener desigualdad de condiciones- por el bien del servicio que realizan, y para que aquellas familias más desfavorecidas y excluidas, reciban lo mejor, la mejor educación en calidad y calidez.

Otro criterio, para mi fundamental, es justificar y dar razón del dinero que recibimos, para que se aproveche al máximo, para el servicio educativo, para el que existimos ambas. Los que contamos con pocos recursos sabemos de qué hablamos, de lo importante que es rentabilizar y estirar lo poco que nos llega. Por eso, a veces, hemos tirado del despilfarro de las “alfombras rojas” de los Goya, y todo lo que lo rodeo, que se desperdician sin el mayor pudor. Por eso, muchas veces, para dar los mejores recursos educativos, para lo que no llegamos con lo que nos dan las administraciones, tenemos empresas, instituciones, asociaciones y personas particulares -compañeros de camino, como nos gusta llamarlos en el colegio Misioneras - que gracias a sus aportaciones económicas y de recursos educativos hacen posible dar lo mejor a las familias del barrio Palma-Palmilla.

En estos días haré repaso - no de las noticias- de la normativa, decretos y leyes que nos lleguen, desde el Gobierno Central y de nuestra Comunidad Autónoma, para poder analizarlas. Pido disculpas por no haberlo hecho todavía. He estado entretenido con la comunidad educativa de mi colegio en dar clases online; llamar y enviar whatsapp a familias -porque esas son las vías de comunicación con las que están familiarizadas-; atenderlas en horarios muy diferentes del día; buscar alimentos “extras” que complemente las barquetas de comida del comedor escolar; buscar fondos entre nuestras amistades y en instituciones amigas con los que comprar esos alimentos; ir a recoger productos básicos con una furgoneta al banco de alimentos; junto a los monitores del comedor siempre hubo profesores y religiosas de la congregación (somos un colegio concertado que está en La Palmilla, por si alguien lo ha olvidado) para echar una mano de forma voluntaria y, sobre todo, para escuchar a las familias que se acercaban a recoger los alimentos; profesores que se organizaron para hacer llegar material escolar a sus alumnos y los recursos tecnológicos del centro, y que nos han donado instituciones privadas; reunirnos presencialmente en el colegio con profesores, familias y alumnos para ver cómo han vivido esta situación e ir mejorando lo que nos pueda venir el próximo curso,.... Por cierto, una cuestión más, nosotros no hicimos distinción entre pública y concertada cuando un IES público nos pidió que atendiéramos a veinte familias de dicho instituto que se quedaron fuera del reparto, por no ser un centro de infantil o primaria, aunque fuera familias con niños en riesgo de exclusión social. Seguimos trabajando en el mes de julio, nos queda mucho por hacer.

Retomo, por lo que he podido leer en las noticias, parece ser que: el Gobierno Central excluye a la escuela concertada de las ayudas públicas por el coronavirus; Andalucía quiere repartir el dinero del Gobierno para la escuela con la concertada.

Antes estas noticias aporto algunos datos y situaciones que ayuden a sacar conclusiones: Los centros concertados, de compensatoria, nos quedamos fuera del Programa Impulsa. Los centros docentes públicos de las zonas desfavorecidas de Andalucía podrán participar en el plan contra el abandono escolar. Los centros públicos podrán conseguir financiación tanto para los proyectos de innovación educativa como para los socio-educativos que presenten y sean aprobados. Este plan tiene como objetivo favorecer el éxito educativo y reducir el abandono escolar temprano, mucho más elevado en los centros situados en las denominadas zonas desfavorecidas. ¿Qué lugar ocupan en estos programas los alumnos de los centros concertados situados en las denominadas zonas desfavorecidas?

Los centros concertados, de compensatoria, se quedan fuera del Programa de Refuerzo Estival. Este programa tiene como objetivo principal combatir el fracaso escolar además de ser una medida paliativa para el alumnado que haya podido tener dificultad en el proceso de enseñanza - aprendizaje como consecuencia del cierre de los centros educativos por el decreto del estado de alarma. Por si alguien ahonda en este programa dirá que los alumnos si pueden hacerlo en un centro público que lo tenga concedido, pero ¿qué ocurre si en la zona no hay ningún centro público que lo hayan ofertado?, ¿qué ocurre si las familias desfavorecidas prefieren realizarlo con los profesores, de su centro concertado, que atienden y conocen a sus hijos, y sus historias personales?

No voy a comentar, ya lo hice en su momento, que se quedaron atrás, en un principio, los alumnos y familias de exclusión social pertenecientes a centros concertados de compensatoria de Andalucía, que recibían el servicio de comedor antes del periodo de confinamiento.

En la comisión de reconstrucción se rechaza incluir a la escuela concertada en el reparto de fondos extra para educación. Por lo que aquellas familias que asisten a nuestra escuela, de un barrio de zona desfavorecida como Palma-Palmilla, el octavo barrio más pobre de España, quedarán fuera de esa ayuda. ¿Qué lugar ocupan los chavales y familias de los centros concertados situados en las denominadas zonas desfavorecidas con esta medida? Nos hemos reunido en asamblea con varias familias del colegio, estas han sido sus conclusiones: a) angustia, por la situación económica; b) incertidumbre, por no saber realmente el alcance de la enfermedad, ni la duración de la situación; c) agradecimiento al colegio -concertado- por toda la ayuda prestada, tanto con el servicio de comedor, como el acompañamiento personal que se ha realizado, así como el seguimiento académico a los menores. ¿Estás familias quedarán fuera, por el hecho de que sus hijos asisten a sus centro concertado (les recuerdo que estas familias tienen informe de exclusión social)?

Termino y me reitero en mi reflexión sobre la concertada y/o pública: miremos de ambas la misión y servicio educativo que realizan, analicemos su misión educativa, su servicio a los más desfavorecidos. Como decimos por aquí, desde una escuela concertada situada en un barrio desfavorecido, para aquellos que más lo necesitan ha de ser lo mejor, lo de más calidad y calidez educativa.