Aunque parezca que este verano estaremos confinados de hecho en España, en realidad es imposible, porque España no tiene confines, ya lo veamos desde el punto de vista de la geografía, que recorrida con paciencia es inabarcable en extensión y variedad; de la historia y sus vestigios, tan honda, intensa y plural que está en ella casi la del mundo; o de las diversas capas y acepciones de la cultura, que reúne aportes de todas las disponibles en Occidente. Para colmo, a pesar de más de medio siglo de turismo masivo, la oferta de España está mucho menos condimentada que la de otros países, en los que un cocinado y aliñado al gusto del consumidor poco amante de sorpresas hace que sepa casi igual en todas partes. Coño, me leo y esto parece un spot de la marca España, pero, condenados a convivir más con nosotros, mejor con amor del bueno (o sea, guardando la debida distancia).