La JOBA se adentra en el repertorio inglés

El tradicional encuentro-programa del mes de julio de la Joven Orquesta Barroca de Andalucía proyecto formativo que acoge la Filarmónica de Málaga recaló, en su segundo día de puesta en escena, en el Auditorio Edgar Neville con un auditorio que colgó el cartel de no hay billetes ante la expectación del estreno tres siglos después de la semi ópera King Arthur con libreto de John Dryden y música del Orfeo Inglés, Henry Purcell. Estreno que se caracterizó, sin reservas, por el altísimo nivel artístico de estos intérpretes, donde la etiqueta joven adquiere un valor secundario y hasta anecdótico al considerar el nivel y madurez técnica demostrado en este último concierto.

La semi escenificación contó con la decisiva participación del Joven Coro de Andalucía y Marco Antonio García de Paz su director titular y artístico que estrecha con esta última colaboración el compromiso de difusión del gran repertorio barroco entre ambos conjuntos. Cerraba la plantilla artística el cuarteto vocal formado por las sopranos Irene Más y Carmina Sánchez y las voces del tenor Francisco Díaz Carrillo y el barítono Víctor Cruz, estos dos últimos profesores de la formación coral.

Desde el Dido y Eneas de hace cuatro años, el repertorio de Henry Purcell no regresaba a los atriles de la JOBA y para la ocasión la apuesta, como no podía ser de otra forma, se adentraba en el capítulo lírico del compositor inglés y su King Arthur.

Articulada en cinco actos la compleja trama entre personajes reales y fantásticos plantea dos planos temporales donde los personajes se relacionan apoyados en los comentarios narrados que asumieron las voces de Carmina Sánchez y Víctor Cruz como cicerones de la narración que tiene como centro el nacimiento de Gran Bretaña en la figura motor del rey Arturo.

De esta semi representación destaca en primer lugar el plano instrumental defendido por la JOBA en el que destacó el músculo de las cuerdas encabezada para la ocasión por el violín de Daniel García y los vientos con especial reseña a las maderas y las sobresalientes trompetas de Andrea Gallego y Francisco Rabasco sin olvidar el no menos decisivo clave de Guido García.

Lectura acentuada la del Joven Coro con participación como partiquinos de distintos componentes de la formación coral que daban buena cuenta del nivel vocal del conjunto al que Marco Antonio García ha conducido entre números concebidos como imágenes capaces de transportar al oyente por el complejo mundo narrado por el libreto de J. Dryden.

Irene Más destacó en lo canoro con un instrumento que se mueve en las notas altas con seguridad y resuelta en las agilidades en un repertorio que apetece ideal para la soprano. Delicada y cristalina resultó la también soprano Carmina Sánchez que asumió también un papel decisivo en lo actoral. Sánchez destacaría en lo vocal por la emisión en punta y muy afilada.

El tenor Francisco Díaz y el barítono Víctor Cruz cerraban el cuarteto vocal. Dos intérpretes a considerar que en el caso del tenor sevillano cabe destacar la solvencia tanto en emisión como colocación de la voz y que lo hacen un intérprete ideal para este tipo de repertorio. Díaz destiló gusto musical y una emisión bien acentuada. El doblete actoral y canoro defendido por Víctor Cruz lo sitúan también en un puesto destacado en el éxito de esta última producción de la JOBA donde destacó, a parte de las dotes actorales referidos, por la correcta dicción y los equilibrios con la que defendería su participación en esta semi ópera.

Una tercera representación en el Teatro Romano de Itálica coronan este último programa de la JOBA que pronto comenzará a adentrarse en la preparación del encuentro de septiembre que tendrá como protagonista el barroco francés. 

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