Málaga de un vistazo

Saramago en el túnel de la Alcazaba

Inicio de las obras de insonorización del túnel de la Alcazaba

Inicio de las obras de insonorización del túnel de la Alcazaba / Álex Zea

Ignacio Hernández

Ignacio Hernández

El túnel de la Alcazaba, a causa del avance de las obras para el tratamiento acústico de su bóveda, se mantendrá cerrado por las noches desde este domingo, día 15, hasta el próximo 21 de diciembre. Los túneles bajo las sombras crepusculares resisten distantes. La oscuridad los inundan más aún y la ceguedad habita en sus interiores como en la caverna de Platón, recogido en su libro ‘La República’. Este mito es una alegoría de la teoría de las ideas propuesta por el filósofo griego: unos hombres permanecen encadenados en las profundidades de una caverna sin poder salir nunca de ella ni poder mirar hacia atrás para comprender el origen de ese cautiverio. Tras ellos hay una hoguera la cual ilumina un poco el lugar; ante la pared ven reflejadas sombras embaucadoras que simulan una realidad ilusoria, los sojuzgados ven tan solo sombras engañosas. Esta imagen continúa presente y aplicable a esta trémula actualidad: la ficción proyectada por la luz de las piras – los medios de comunicación y las opiniones hegemónicas- ahorman nuestras formas de pensar y puntos de vista sin, aventuradamente, percatarnos de ello. La presencia de las falacias constantes nos hace proseguir muy alejados de la verdad, la cual cuando accedemos a ella se constituye en un viaje aciago sin retorno.

Hoy, esta coyuntura geopolítica ecuménica tan cruenta que padecemos nos conduce a un deslumbramiento más implacable, a una ceguera asoladora. Los hombres están cegados, se activan como androides, reciben preceptos que cumplen sin cuestionar el motivo de sus planteamientos. Estamos sumidos en una parálisis cuya metáfora se personaliza en una invidencia que nos llena de sobrecogimiento. En calle Alcazabilla, José Saramago me dice: «Nuestra razón está ciega... No usamos la razón para defender la vida, casi siempre para destruirla». Hay que desenmascarar a los autores de este orbe descompuesto.

Suscríbete para seguir leyendo