En corto

Kfar Aza, un triste hito

Pedro de Silva

Pedro de Silva

Cualquier guerra, del tipo que sea, es un ejercicio de barbarie, pero en todas suele haber un episodio de especial salvajismo que, al superar todo límite, sirve para dar la medida del genio maligno del agresor. Ocurrió en Vietnam con la matanza de My Lai, pero, salvando muchas distancias, sucedió también en la guerra desatada por ETA con la masacre de Hipercor, por poner solo dos ejemplos bien diferentes. En el caso de la nueva guerra de Oriente Medio eso mismo parece haber ocurrido en el caso de la masacre del Kibutz Kfar Aza. No tendría mucho sentido intentar distinguir entre maldad extrema o vesanía, al tratarse de una acción colectiva. Lo hecho hecho está, y perseguirá para siempre a sus autores, a Hamás e incluso, de confirmarse que Irán se ha servido de Hamás para mover su ficha en el tablero, a los dirigentes del régimen de los ayatolás, que debieron prever las consecuencias.

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