Mirando al abismo

Esperar que pase algo

Varios tractores de agricultores franceses durante el corte de la A-9 francesa en las inmediaciones de la frontera con España, a 1 de febrero de 2024, en Le Boulou (Francia).

Varios tractores de agricultores franceses durante el corte de la A-9 francesa en las inmediaciones de la frontera con España, a 1 de febrero de 2024, en Le Boulou (Francia). / Lorena Sopêna - Europa Press

María Gaitán

María Gaitán

En estos días de promesas incumplidas, de agricultores en huelga, de desesperanza… nos hace falta que pase algo, lo que sea. A una cesta de la compra cada vez más cara ahora hay que sumarle la huelga de agricultores en Francia, que hace todo se encarezca más. Ojo, que no estoy diciendo con esto que los trabajadores franceses no tengan razón, la tienen. La reivindicación de estos campesinos franceses no es otra que la de dar mayor calidad a los consumidores. Esa calidad se encuentra en cómo son criadas las plantas en la prohibición del uso de pesticidas y en un conjunto de normativas que tienen que seguir los países que forman parte activa de la Unión Europea como son Francia y España, digan lo que digan algunos ex políticos franceses. Por otro lado, los países que no forman parte de la unión europea pero que comercian y trabajan con ella no tienen que cumplir estas medidas y su radio de éxito es mayor. Normal que los agricultores se enfaden.

Me parece correcto el asunto de molestarse, pero cuando es la población la que asume las consecuencias no tanto. Estamos sufriendo las consecuencias de todo, de la huelga, de tener un gobierno «entenguerengue» que solo sabe decir una cosa y la contraria, en apenas lo que dura un día. Creo que el gobierno que tenemos no está a la altura de sus ciudadanos, y no es que su oposición sea mejor opción. A fin de cuentas, solo estamos viviendo algo que ya profetizó en cierta forma Platón en su obra la «República» cuando dijo que solo era eficiente el gobierno de los más sabios porque dejarse arrastrar por la democracia era condenar al pueblo a los vaivenes de un lado y de otro.

No podemos esperar que pase algo si no hacemos nada, si solo nos quejamos en casa. Por eso no puedo dejar pasar la oportunidad de decirle a los agricultores, ganaderos, del mundo haced más presión y a la gente que «paga» el precio por vuestra huelga, que salga a la calle y que proteste y que deje las calles temblando. Que como dijo Juan Carlos Aragón «si parlando non vale la calle ti esta esperando».

Todos los sabios han alentado al pueblo a la rebelión cuando era necesario y yo hoy me voy a sumar a ellos. Salid a la calle a que os escuchen, que sin estabilidad económica y social, solo nos queda rebelarnos.