COAC Málaga 2024

Reflexiones desde la primera fila

Dos semanas de concurso dan para mucho. Para ver lo bueno de nuestra fiesta, que es más de lo que pensamos; y también lo malo, que no nos deja avanzar como deberíamos

Los Dioses

Los Dioses / Fundación del Carnaval

Lo he dicho varias veces desde que empezó el concurso, tanto en redes como a los compañeros que he podido ver estas semanas: yo no quería. Pero Momo manda, y al final he visto absolutamente todo el concurso malagueño este año. Y eso me ha llevado a darle muchas vueltas a la cabeza. A reflexionar sobre la fiesta. Lo bueno, lo regular y lo… mejorable. Vaya por delante que soy de los que siempre ven el vaso medio lleno. Y creo que hay algunos motivos para alegrarse y mirar al futuro con esperanza. Pero también hay actitudes y aspectos que me parecen inconcebibles en una ciudad como Málaga. Empecemos con lo bueno:

La cantera

Hemos tenido en las tablas siete agrupaciones, una de ellas con más de 60 componentes. En total, han pasado por los escenarios más de 150 niños y niñas que hacen Carnaval. Por supuesto, todas las agrupaciones tienen mi máximo respeto y reconocimiento, pero especialmente destacaría los dos romanceros por lo difícil que es la modalidad. Que un niño solo se ponga en un teatro delante de cientos de personas durante un cuarto de hora haciendo rimas y golpes tiene un meritazo. Hemos tenido dos y, cada uno a su manera, han sido fantásticos.

Romancero infantil 'El niño del coro'

Romancero infantil 'El niño del coro' / Fundación del Carnaval

La profesionalización

Las puestas en escena en Málaga están creciendo y profesionalizándose, a veces sobrepasando incluso las capacidades del espacio escénico. Y los vestuarios también. Hemos visto un circo romano, un templo maya, los Baños del Carmen, y disfraces como los de La Joya, esos astronautas del Señor Iluso y un largo etcétera. El Carnaval está creciendo en ese sentido y es para estar de enhorabuena.

Las audiencias

Varios compañeros de medios de comunicación coinciden en que este año han batido récords de audiencia del contenido carnavalesco durante el concurso. Otros afirman que, como mínimo, han mantenido sus cifras. Que los números sean un poquito más altos que los del año pasado es una buena noticia.

El relevo

En la final se despidieron cuatro carnavaleros que llevan décadas peleando en las tablas: Juani del Palo, Antonio León, Jony de la murga del Chino y Merchán. Se les echará de menos, claro. Pero hay otra generación que ya está aquí. Los propios hijos de los Leones, murgas jóvenes como los Malagüita, Emeterios o Ciudad Jardín, y comparsas como Los Niños, con un autor como David Fernández en estado de gracia, o ‘Sin permiso’ con un grupo de mujeres muy afinadas y con margen de progresión. El cuarteto juvenil lo ha petado directamente. Hay gente con ganas de mantener la llama.

El nivel

En serio. Es alto. No es por hacer la pelota a nadie, pero las agrupaciones han dejado un concurso bastante apañado en general. Hay agrupaciones que no han pasado a la final siquiera, y era una delicia oírlas cantar. Hay un enorme trabajo detrás y es necesario destacarlo y ponerlo en valor.

COAC Málaga 2024 | Quinta preliminar: Comparsa La Malagueñíssima

COAC Málaga 2024 | Quinta preliminar: Comparsa La Malagueñíssima / Fundación del Carnaval

Lo malo

Pero, como decía, hay cosas que no me puedo explicar y no concibo.

Comparaciones odiosas

¿Por qué? ¿Por qué tenemos que andar siempre mirando a Cádiz y compararnos? Si vamos a salir perdiendo. Allí el Carnaval es una industria, es la fiesta más importante del año, hay agrupaciones que viven -o al menos se sacan un sobresueldo significativo- del Carnaval y de sus coplas. ¿Por qué en vez de mirarlos de reojo no ponemos un poco en valor lo que tenemos aquí? ¿Por qué somos en general tan injustos de querer comparar, cuando sabemos que allí hay unos medios y una infraestructura que aquí no tenemos? Es más, ¿cómo puede ser que aquí estemos con esta mentalidad de pueblo pequeño y algunos autores y estudiosos del Carnaval gaditano nos miren con interés? ¿Por qué aquí, por lo menos, no intentamos disfrutar de ambos carnavales por igual?

Complejos

Este que escribe es el primero que se ve el concurso de Cádiz cuando comienza. A diario. Cada noche, cada agrupación. Pero una vez empieza el de Málaga, lo siento, el de mi ciudad va primero. Hay muchísimos malagueños que se precian de serlo, y de ser carnavaleros al mismo tiempo, que desprecian directamente el concurso de su ciudad. Y no me lo explico. No comprendo que alguien se emocione con un pasodoble a La Caleta o asienta con una crítica al alcalde de Cádiz -esto me parece estupendo-, pero a la vez ignore que a pocos metros de su casa hay 40 grupos cantando a los problemas de su día a día -o los de sus vecinos-, criticando a los políticos a los que vota y resaltando la belleza -o visibilizando la miseria- de muchos rincones de la ciudad donde han nacido, crecido y viven a diario.

El Circo del Sol

El Circo del Sol / Fundación del Carnaval

Efímero

Tal vez consecuencia de lo anterior, las coplas sólo suenan las dos semanas de concurso y los días de la calle. Después, hasta el año siguiente. Hace unos años viví un tiempo en Aracena (Huelva), y en todas las celebraciones y reuniones había una guitarra y se cantaban coplas de Carnaval. De Cádiz, por supuesto, pero también de agrupaciones del pueblo. Y me recuerdo cantando -destrozando, más bien- la presentación de Los Reyes y la de Los Indignaos para darles a conocer el Carnaval de aquí. Pero no entiendo que un malagueño orgulloso de serlo y aficionado a la música no se aprenda la presentación de ‘Un malagueño cualquiera’ para una moraga en verano. O, por poner coplas de este año, la cuarteta de la moraga de ‘Mi tierra’ o la de la playa de ‘La Malagueñíssima’. Dos maravillas. A ver cuántos se las aprenden.

Toxicidad

De los aficionados. He visto gente en redes que sólo hablaba del concurso de Málaga para rajar, porque había una agrupación floja en el escenario, por un pasodoble discutible, por lo que sea. He leído varias veces el “esto va para atrás”. Por no hablar de los aficionados que lo son sólo de una agrupación concreta e ignoran o incluso critican a propósito a las demás. O agotan entradas de una sesión y sólo van media hora. Nos vendría bien a todos ser menos tóxicos, ampliar miras y tener en cuenta que las otras agrupaciones sólo son rivales durante el concurso pero compañeras de trinchera el resto del año.

La Murga 'El último superviviente'

La Murga 'El último superviviente' / Fundación del Carnaval

Silencio en las redes

¿De verdad ponen un hashtag oficial del concurso y sólo lo tuitea la prensa? Si no llegamos a estar allí los medios de comunicación, el silencio habría sido casi absoluto. ¿En serio vamos a normalizar que comparsas como La Malagueñíssima, los Dioses o el Circo del Sol tengan apenas 3.000 visualizaciones en YouTube y la 48º comparsa del Falla lleve 40.000? Y más cuando uno de los cronistas del Carnaval de Cádiz se puso parte de nuestra final para verla y dijo cosas buenas de la comparsa ganadora. ¿Tan poquito nos queremos?

Egos de los participantes

Querido autor -porque no ha habido autoras en adultos-, músico o componente. Aludir a que has estado cuatro meses ensayando como si ya por eso tuvieras patente de corso es no entender de qué va esto. Efectivamente, todos los grupos hacen un gran esfuerzo para salir adelante. A unos les luce el trabajo y a otros no. Y a los que no, hay que decírselo para que mejoren. Obviamente, sin faltarles el respeto. Pero si alguien de fuera y con otra perspectiva te dice lo que has hecho mal, acéptalo y tómalo como una ayuda. Nunca como un reproche. Y al año siguiente vuelve con eso aprendido y en versión mejorada. Si quieres aportar a la fiesta, si eres carnavalero, esta debería ser la actitud. O así lo entiendo yo.

Desidia

A día de hoy, creo que es un milagro que el Carnaval de Málaga esté vivo y que vaya, pese a los lastres que lleva cargados, avanzando lentamente. Eso es responsabilidad de un grupo muy pequeñito de personas. La difusión y divulgación de la fiesta y de sus coplas, su arraigo entre los niños, está en manos de unos cuantos: David Delfín -y ahora Laura Gómez-, Paqui Prieto, Alberto Salas, Javi 3x4 y algunos más, que se den por nombrados. El día que ellos en estos ámbitos, y otro puñado de personas en otros, se aburran, pues tal vez haya que apagar la luz. Y nos lamentaremos, claro. “Hay que ver, con lo que teníamos…”. Será otra más en la lista de señas de identidad malagueñas perdidas.

Quiero hacer una comparsa pero mi hermano no quiere

Quiero hacer una comparsa pero mi hermano no quiere / Fundación del Carnaval

Por concluir: querernos mejor

Creo que la solución a todo esto pasa, en general, por querernos todos un poco más... y querernos mejor. El malagueño aficionado al Carnaval de Cádiz debería acercarse al nuestro sin ese prejuicio, y encontrará agrupaciones que le van a cantar al entorno donde se mueve. Y eso es un valor añadido que no te lo va a dar ninguna de fuera, por bonito que lo haga. Además, las coplas malagueñas no pueden ser enterradas al entrar en cuaresma. Tienen que seguir viviendo durante el año. Deben ser aprendidas por la gente, para que luego las puedan cantar en cualquier plaza o reunión. Si se pudo hacer cuarenta años en clandestinidad, se tiene que poder ahora.

Siempre he tenido una teoría: en Málaga, el Carnaval es sólo la fiesta que da paso a la Semana Santa. Un trámite antes de la verdadera celebración mayor de la ciudad. Por eso hace y deshace como quiere. Por eso invade el Carnaval cada vez que le parece, bien sea con un concierto en La Malagueta el mismo día y hora de nuestro pregón, o con una procesión en el centro justo cuando los grupos pueden cantar en la calle. Y, encima, muchos carnavaleros se quitan el disfraz y se ponen el hábito para meterse bajo un trono. Esto convierte al Carnaval de Málaga en una fiesta tradicional más, y no la más importante, incluso con cierto aroma a incienso.

El desfile del Carnaval de Málaga de 2024, en imágenes

El desfile del Carnaval de Málaga de 2024, en imágenes / Gregorio Marrero

Así es muy difícil que pueda diferenciarse y situarse como lo que realmente es, o como humildemente la entiendo: una manifestación cultural y vanguardista de la ciudad. Que además es capaz de crear códigos de los que cualquiera puede ser parte con el simple hecho de escuchar una copla que le identifique. Si no, ¿cómo iba a estar, por ejemplo, un teatro entero gritando “que vienen los guiris” un miércoles a las 10 de la noche? Hay mucho donde avanzar, pero se necesita amor propio bien entendido, mentalidad abierta, ganas de aportar por un lado y de escuchar por otro. Quizá con esos ingredientes, en unos años podamos estar hablando de un Carnaval mucho más grande, dinámico y con menos complejos. Ojalá lo vea.