Cartas al director

'Efectos y dictamen de la Iglesia sobre Medjugorje', por Miguel Hijano Guerrero

 Hace días escribí en este diario sobre las apariciones marianas en Medjugorje (Bosnia-Herzegovina) a seis videntes y su repercusión social, tal como ha investigado el periodista Jesús García. Hoy, tras acabar de leer su libro, creo oportuno centrarme en algunos efectos del fenómeno y las conclusiones provisionales de la Iglesia sobre dichas apariciones de la Virgen María. Un joven de unos 23 años, drogadicto, que nada quería saber de Dios, convencido por su abuela, viajó allí con su novia; sentado en un banco de la parroquia, se echó a llorar, se levantó y acudió al confesionario pidiendo perdón por su vida pasada. Entró en un centro de rehabilitación en el mismo Medjugorje y su vida dio un giro radical. Un sacerdote, en el momento de la Consagración, oyó una voz diciéndole «entrégate por completo a mí». Extrañado, se volvió a la gente preguntando quién le había hablado. Nadie había sido, de lo que dedujo ser una llamada de la Virgen. Un hombre animó a un amigo, ateo, a visitar el monte de las apariciones. A mediodía se oscureció el sol como en un atardecer, apareciendo un rayo luminoso sobre la cruz del monte. Dicha persona se convirtió en ferviente católico. Por último (aunque hay muchos casos más), Iván Filipovic pasó de ser traficante de drogas y mafioso a sacerdote. En 2010 el Papa Benedicto XVI ordenó a la Congregación de la Doctrina de la Fe crear una Comisión de Investigación sobre estas apariciones. Entre los encargados estaban, entre otros, el cardenal Camillo Ruini, el cardenal Josip Bozanic, arzobispo de Zagreb (Croacia), monseñor Tony Anatrella, psicoanalista, Salvatore M. Perrella, profesor de Mariología en la Facultad Teológica Marianum, Franco Topic, profesor de Teología en Sarajevo, etc. Las conclusiones fueron contrarias a toda falsedad o fraude. Posteriormente, el Papa Francisco creó otra comisión de investigación y en mayo de 2017 reconoció que, al menos, las siete primeras apariciones se dan por auténticas, siendo investigadas el resto en un bloque aparte. Mi conclusión personal es que Jesús y María nos acompañan siempre durante nuestro peregrinar por la tierra.