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¿Por qué España crece más?

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en una imagen de archivo.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en una imagen de archivo. / Gustavo Valiente - Europa Press

Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, acaba su mandato el 11 de junio y habrá que estudiar con cuidado su último mensaje, pues ha sido un analista solvente y severo de la política del Gobierno. Su lectura rápida me deja dos grandes ideas. Una, España tendrá graves problemas si la falta de consenso político (la eterna trifulca Sánchez-Feijóo) «impide una estrategia de reformas integrales con vocación de permanencia». Y cita un dato fuerte: según una encuesta del propio banco, un 58% de las empresas ya cree que su actividad se ve afectada por la incertidumbre de la política económica. Dos, la economía española está creciendo notablemente más que la europea: un 2,5% en 2023, frente a un 0,4% de media de la zona euro.

Y el dato de este martes, el aumento del PIB del primer trimestre de un 0,7% frente al 0,3% de la zona euro, confirma la tendencia. Así, el Banco de España prevé que el PIB crezca este año un 1,9% (el Gobierno un 2%), frente al 0,6% de la zona euro

¿Por qué este diferencial de crecimiento, pese a los innegables problemas españoles y a la alta y prolongada crispación política? Es una cuestión compleja y más para un artículo de 4.200 caracteres, pero se me ocurren algunas pistas. Una es el gran peso de la economía alemana en la zona euro (cerca del 30%). Si Alemania sufre una gran crisis por su dependencia del gas natural ruso y por el descenso de las exportaciones a China, es normal que España -menos afectada directamente por la guerra de Ucrania- crezca más que la economía alemana y la media europea. Al menos, en un primer momento.

La segunda es que nuestra crisis política no es mayor que la de Francia, el segundo país del euro. Macron fue la respuesta liberal y templada al agotamiento del derechismo de Sarkozy y del socialismo de Hollande. No solo fue elegido presidente contra pronóstico, sino que fue reelegido cinco años después, lo que Sarkozy no logró y Hollande ni se atrevió a intentar. Pero, pese a todo, Francia está peor. El déficit público español en 2023 fue del 3,6% del PIB, cuando el Gobierno preveía un 3,9%, mientras que en Francia derrapó al 5,5% frente al 4,9% previsto, causando una gran alarma en el mismo partido gobernante. Y la crisis es fuerte porque las reformas de Macron, en la buena dirección, han provocado grandes protestas sociales. Y algunos desórdenes públicos, atribuidos en parte a la inmigración, han llevado a que el Gobierno baraje medidas tan radicales como incluso el toque de queda para los menores.

Vayamos al futuro. La crispación española es terrible, pero al final la opción está entre Sánchez y Feijóo. En principio, los dos dentro de los parámetros europeos. Por el contrario, en Francia las encuestas (la última la de ‘Le Monde’) dicen que en las elecciones europeas ganará el partido de Marine Le Pen, muy crítico con la Unión Europea, con un 32% de los votos, frente al 17% del macronismo (que baja) y un 14% del hundido partido socialista (que sube). El nacionalismo antieuropeo y anti-inmigración tendrá así más votos que las dos opciones europeístas juntas. Una catástrofe. Y lo peor es que en las próximas presidenciales -que en Francia lo deciden casi todo- Marine Le Pen, que se presentará por tercera vez, tiene muchas posibilidades de ser elegida y trastocar toda la política francesa. Marine Le Pen genera más incertidumbre que Sánchez o Feijoo.

Alemania, tocada por la guerra de Ucrania y Francia, por su crisis política, crecen menos que España (0,3% y 0,2% contra 0,7% en el primer trimestre).

La última idea es que la política redistributiva y keynesiana española, parcialmente pactada con la CEOE en la reforma laboral, más el fuerte aumento de la inmigración y del turismo, han subido el poder de compra y el consumo total y -sean los que sean los problemas de futuro-, por el momento, han aguantado la economía y no han hundido, más que en Francia y en otros diez países europeos, los equilibrios fiscales.

España aguanta. Pero cómo advierten tanto el FMI como el gobernador, la falta de todo consenso político comportará graves consecuencias económicas. Estamos a tiempo, pero por el momento Sánchez todo lo ve rosa y Feijóo negro intenso. No, no podemos seguir así, porque la coyuntura actual no es sostenible.

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