Opinión | En corto

¿Son sistémicos o no?

Se llama empresas «sistémicas» a aquellas que nunca se vienen abajo, pues el Estado se encarga de que no ocurra, dado el riesgo de que arrastren a toda la economía y el servicio público que prestan. El mejor ejemplo son los grandes bancos. Se supone que como contrapartida de esa red protectora el Estado algo tiene que decir sobre lo que hagan con su vida. Por ejemplo cuando emprenden una fusión el Estado debe preguntarse si beneficia o perjudica a la competencia, que es lo único que (al menos en teoría) debería ayudar a que la diferencia entre lo que pagan al depositante y lo que cobran por los créditos no sea escandalosa. Luego debe preguntarse si una reducción de oficinas perjudica al servicio público, sobre todo en zonas alejadas. Y así. Cuando el Estado no se hace esas preguntas, las responde y actúa en consecuencia, es el ciudadano el que debe preguntarse de qué le sirve.

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