A las seis de la tarde, la primera hermandad malagueña plantó su cruz guía en la calle, para iniciar su recorrido procesional. Ocurría a las puertas de la iglesia de la Encarnación, en la barriada de Las Delicias. Con ese gesto, daba comienzo el largo prólogo de la Semana Santa en los barrios. Tres hermandades y dos asociaciones de fieles realizaron ayer su recorrido procesional en una ciudad hambrienta de limones cascarúos, manzanas de caramelo y caña dulce.

Martiricos volvió a tener presencia nazarena tras un largo año sabático. El Cristo de Medinaceli salía a la calle desde la iglesia de Santo Tomás de Aquino y parece haberse reencontrado el sentido después de varios avatares no siempre afortunados, que le han llevado de una parroquia a otra, de un estilo a otro y de unos gobernantes a los actuales, que parecen haber enderezado el trono.

Llevaba la procesión unos 60 nazarenos, que estrenaban túnicas blancas con capirote morado. Había, además, dos representantes revestidos de blanco y rojo de la futura sección de la Virgen de la Candelaría, imagen que está al culto en la iglesia, pero que no sale. También había una presidencia nazarena de Buena Fe.

La banda de cornetas y tambores del Cautivo ponía la música dando muestras de su potencia y afinación y acompasaba el trono donde iba el Cristo, de Israel Cornejo, con claveles y rosas rojas y lirios morados, iluminado por cuatro nuevos faroles de Villarreal.

Y en Dos Hermanas se repitieron las escenas de los últimos años, alrededor de la Virgen de la Encarnación, que iba rodeada de flores en aluvión, de distintas especies y tonalidades rosas y blancas e iluminada por un tren de velas al que le costaba mantener la verticalidad.

La banda de la OJE abría la procesión y la municipal de Álora la cerraba, tras el manto burdeos de la Virgen que recibe culto en una capilla callejera junto a este barrio al lado de las vías del tren. Unas 25 parejas de nazarenos iluminaban el camino de la procesión, en la que participó el concejal Pedro Moreno Brenes.

Las cofradías agrupadas continuaron ayer realizando sus traslados para disponer a sus titulares en sus tronos procesionales. Nueve hermandades completaron este trámite, que en el caso de la Expiración tenía un matiz especial. Era Viernes de Dolores y celebraron la festividad de su sagrada titular con su tradicional procesión-traslado por lo que queda del barrio del Perchel. La Reina de San Pedro hizo recuperar el maltrecho orgullo perchelero en unas calles que han sido maltratadas por la modernidad y la dejadez histórica.

No se cabía en El Perchel

Sobre su trono de traslado, adornado con piñas de claveles blancos y vestida de una elegante saya blanca bordada, la Virgen fue arropada por un público numeroso que se repartía por las estrechas calles de la feligresía y con la banda de la archicofradía aportando el perfecto apoyo musical a la Virgen de los Dolores Coronada.

Mientras este cortejo iniciaba su recorrido, otros ya llevaban tiempo en la calle o estaban a punto de terminar su salida. El Calvario había bajado desde la ermita, con un retraso considerable respecto a la hora prevista, al menos la que ponía en los itinerarios. Más de un centenar de personas acompañaron al Señor Yacente rezando el vía crucis mientras iban a la basílica de la Victoria.

Más lejos, en otro barrio histórico, la Estrella realizaba su peculiar traslado desde su capilla de Santo Domingo a sus tronos en Santo Domingo, pasando por todo el barrio de paso en un largo recorrido de varias horas. El cortejo del Señor de la Humillación y la Virgen de la Estrella se dirigió al Llano de la Trinidad, con el rotundo y notable acompañamiento musical de la Banda de Cornetas y Tambores de la Estrella. De allí, y tras una parada en el convento de las Filipenses, siguió su recorrido hasta volver a su punto de salida.

Novedad obligada

En esto estaba cuando Nuestra Señora de los Dolores en su Amparo y Misericordia, de la cofradía de la Santa Cruz, salió desde la iglesia de San Dámaso Papa para volver a su sede canónica de San Felipe Neri. Un recorrido rápido y directo permitió a esta bella imagen llegar a su sede sobre las 23.00 horas. Con el tiempo suficiente para ocupar su trono antes de que llegaran los hermanos de la Salutación. Estos salieron a las 23.30 horas rezando el vía crucis desde las Catalinas.

En El Ejido, los hermanos de la Crucifixión entronizaron a su Cristo en un sencillo acto celebrado en el tinglao que montan anexo a su parroquia del Buen Pastor.

Los traslados previstos ayer fueron cerrados por el vía crucis del Santo Traslado, que salió a la misma hora que la Salutación, aunque en el barrio de la Trinidad. Las cinco primeras estaciones se rezaron en el interior de la iglesia de San Pablo, con el Señor al hombro. El resto se fueron rezando por las calles del barrio, acompañados por la música de la capilla musical Sibelius, que lleva cinco años acompañando a este cortejo.

Una vez que llegaron a la casa hermandad, el Señor fue entronizado en su trono procesional, acompañado de su nuevo grupo escultórico, tallado por Israel Cornejo y con ropas de Eduardo Ladrón de Guevara. El delegado de Hermandades de la diócesis, Francisco Aranda, que rezó la última estación, bendijo el grupo al llegar a la casa hermandad.

Además, hubo dos traslados claustrales, el de la cofradía de la Salud en la parroquia de San Pablo y el de la cofradía de los Dolores del Puente, en el interior de Santo Domingo y mientras la Estrella hacia su recorrido por el barrio.

Extrarradio

Están lejos en la distancia, pero cerca en la fe y la devoción que los une con el resto de la Málaga cofrade. Churriana y el Puerto de la Torre vivieron su día grande con las salidas procesionales de sus respectivas hermandades. Una vez más se demostró que se bastan y se sobran ellos solos, sin necesidad de agrupaciones o de una calle Larios. Recorrido tradicional y recoleto en el primer caso, en un núcleo que conserva cierto carácter antiguo. En el segundo caso, el barroquismo del trono de Pérez-Hidalgo, de formas grandes y angulosas, y el realizado por Cristóbal Angulo para la Virgen, contrastaban con las casas construidas en las últimas décadas en el Puerto de la Torre.