Bordados para el Señor de Carretería

El Nazareno de Viñeros lucirá bordados en su túnica de procesión a partir del próximo Jueves Santo. De momento sólo las bocamangas, y se irá completando en años sucesivos con la terminación del pecho y la falda. La corporación del Jueves Santo presentó ayer el diseño de la túnica, firmado por Joaquín Salcedo, cuyo taller también se encargará de la ejecución de la prenda.

La sacramental de Viñeros recupera los bordados para su Cristo, como adelantó La Opinión de Málaga el pasado sábado. Será la primera vez que la actual imagen de Francisco Buiza los luzca, ya que desde su bendición y primera salida en 1975, siempre ha sido ataviado con una túnica lisa, al contrario del antiguo Nazareno destruido en los sucesos acaecidos durante la Guerra Civil; e incluso a la imagen que la vino a suplir a partir de 1949, obra de Adrián Risueño.

Será una túnica de terciopelo romé (vino tinto) con bordados de estilo neorococó, inspirados en el trono del Cristo, con elementos alusivos al carácter gremial y sacramental de esta cofradía. Salcedo reconoció ayer, durante la presentación del dibujo, que está «muy ilusionado» con la posibilidad de ejecutar esta obra, por lo que agradeció el encargo a la cofradía.

El acto se llevó a cabo en el Museo del Vino, con la presencia del hermano mayor de Viñeros, Miguel Ángel Campos, y el secretario del Consejo Regulador de Vinos de Málaga, José Manuel Moreno. Ayer mismo se firmó el contrato de ejecución de la obra.

Los hermanos de Viñeros decidieron en el último cabildo de diciembre de 2012 encargar una túnica bordada para el Señor de Carretería. Salcedo ha ideado una pieza de gran movimiento, con cenefas de rocalla ondulantes, que se van entrelazando con hojas de parra, uvas y sarmientos, en clara inspiración a la advocación del Cristo, de gran trasfondo teológico.

En la parte frontal de la falda figura, como eje central, la representación de Jesucristo en las especies eucarísticas, a través de una vid que toma forma de cáliz, del que emerge el Santísimo Sacramento orlado por el sol. El esquema ornamental se repite en la parte posterior de la túnica, sin embargo, el cáliz es sustituido por una custodia, que hace alusión al carácter sacramental de la hermandad.

«Nos encontramos ante toda una catequesis que, a través del hilo y el bordado, lanzará un mensaje de comunión con Cristo, Vid verdadera, y de fraternidad», explicó la cofradía en una nota.

Este año estrenará las mangas y posiblemente el año que viene saldrá bordado el pecho de la túnica, aunque el bordador, Joaquín Salcedo, prefiere no establecer plazos e ir trabajando «sobre la marcha». «No sabemos si va a aparecer un donante y podremos culminar el trabajo en sólo un año. La cuestión es seguir trabajando, sin prisa pero sin pausa».