Rafael Pérez Pallarés es un sacerdote diferente. Sus maneras y su discurso busca romper prejuicios, llamar la atención y quebrar la monotonía. Cualquiera que lo conociera un poco sabía que iba a imprimir su propio sello al pregón de la Semana Santa de Málaga. Y lo hizo. Tanto en la puesta en escena como en el desarrollo.

Con un pregón ajustado en el tiempo -83 minutos- y que no seguía los cánones clásicos, Pérez Pallarés aprovechó la ocasión para plantear una visión diferente de la Semana Santa y, por tanto, de la Pasión y Muerte de Jesús. Miró a través de los ojos de los muchos personajes secundarios que aparecen en el Evangelio. Ahondando en sus motivaciones y sus razones, planteando un símil de esas virtudes y debilidades para que el oyente se mirase en ese especie de espejo del alma.

Con un lenguaje llano, tuteando y dirigiéndose a un oyente en singular, con idea de favorecer la cercanía con el público, Pérez Pallarés relató su particular versión de la Pasión, entroncándola además con las advocaciones malagueñas y situándolas en la geografía de la ciudad. No fue un pregón que buscaba el aplauso fácil -que logró arrancar en dos ocasiones, además de la ovación final-, sino que invitaba a la reflexión pausada. Se acercaba más a una alocución espiritual, pero cercana y amigable, antes que a un pregón al uso.

La escenografía y puesta en escena fue, incluso, más rompedora. Un bosque de 33 cruces blancas llenaba el escenario, concebido por Jorge Rando y Miguel Ángel Blanco. El juego de luces de colores ofrecía el dramatismo que cada momento requería. Además hizo un hábil uso de la música, que estuvo de fondo resaltando y acompañando el pregón. El músico y compositor Miguel Pérez estuvo al piano interpretando una veintena de piezas, desde una malagueña al pasadoble Suspiros de España o versiones de marchas como Nuestro Padre Jesús, Amarguras, Virgen de Gracia o Santo Traslado, entre otras, dándole un toque de versión jazz.

Muy emotiva fue la presentación de María del Carmen Ledesma, pregonera de 2012 y que salió al escenario a través del telón para no desvelar la decoración del escenario. Su recuerdo a Jesús Castellanos, momento en el que se emocionó, fue largamente aplaudido por el público.

@Miguelferrary