Economía

Las cien empresas que conforman la industria cofrade local necesitan ayudas urgentes

Las cofradías reciben el 30% de sus ingresos de las cuotas de la procesión y de la asignación de la Agrupación, pero esas partidas se han visto mermadas por la pandemia al suspenderse dos años seguidos la Semana Santa

El Nazareno Redentor del Mundo procesiona junto a Atarazanas en 2019.

El Nazareno Redentor del Mundo procesiona junto a Atarazanas en 2019. / Álex Zea

José Antonio Sau

José Antonio Sau

Si usted lee tres titulares juntos, todo cobra sentido: por un lado, La Vanguardia titula: «Sevilla dará un millón de euros a las cofradías como ayuda por la suspensión de procesiones». Es un acuerdo del Ayuntamiento socialista y el Consejo de Hermandades; por otro, una nota del Ejecutivo andaluz reza tal que así en su encabezamiento: «Un total de 88 beneficiarios reciben casi 1,5 millones de euros de ayudas al arte sacro». Y, por último, el PSOE llevó a una reciente comisión de pleno de Economía y Hacienda de Málaga una moción en la que proponía destinar el presupuesto para eventos ya cancelados, y que no se van a volver a programar por la pandemia, como la Feria, la Semana Santa, el Carnaval o las veladas de San Juan a los sectores afectados, algo que, con alguna enmienda, acabaron apoyando todos los grupos. Este periódico tituló: «El PSOE pide usar el dinero de Semana Santa y Feria para ayudar a los sectores afectados por la pandemia». La industria cofrade local, conformada por unas cien empresas artesanales, lo está pasando mal después de dos años sin Semana Santa por la pandemia, teniendo en cuenta que el 30% de los ingresos de las cofradías y hermandades vienen precisamente de las cuotas que se pagan por los hermanos para la procesión y de la subvención que les hace llegar la Agrupación de Cofradías, un dinero con el que encargan nuevos enseres o la conservación de los mismos a este sector. Ahora, eso no ocurre. Necesitan ayudas urgentes.

El impacto económico de las visitas que genera cada Semana Mayor superó en uno de los ejercicios pasados los 103,7 millones. Es decir, es una realidad religiosa, cultural, etnográfica, sociológica, popular, pero también económica. Y las hermandades, con sus casas hermandad y su labor social, ayudan a mucha gente y regeneran urbanísticamente los entornos en los que se ubican. Hay decenas de miles de hermanos de cuota, prácticamente cada familia malagueña cuenta con un miembro de cofradías y hermandades. Pero la polémica salta a los medios, y en las redes sociales, cada vez que una hermandad encarga un manto nuevo para una Virgen, el dorado de un trono o se gasta una importante cantidad de dinero en un culto, por ejemplo. Sevilla lo ha tenido claro. Al menos su Ayuntamiento: hay una industria cofrade en la ciudad, empresarios pequeños y medianos cuyos talleres generan empleo. Las cofradías sevillanas van a recibir un millón de euros que invertirán en imagineros, escultores, pintores, floristas, doradores, orfebres, ebanistas, bordadores, y un amplio etcétera... En Málaga ya se llegó a un acuerdo para destinar ese dinero con el que se sufragaba cada año la Semana Santa a los sectores afectados pero no se ha concretado aún. Porque en la capital, según el responsable de la Cátedra de Estudios Cofrades y decano de la Facultad de Comercio y Gestión de la UMA, Benjamín del Alcázar, hay entre 90 y 100 talleres de diversa naturaleza, dedicados todos ellos a menesteres cofrades. La Cátedra hizo un estudio hace un par de años, ‘Industria cofrade en Málaga’, que no se ha presentado por la pandemia. Así, se cursaron encuestas a las hermandades y a la Agrupación para ver los ingresos y gastos de estas corporaciones, y a qué se dedica el dinero que generan, es decir, lo que invierten (nada que ver con el impacto económico de las visitas turísticas a Málaga en los siete días de Semana Mayor, sino la economía real de las corporaciones, la inversión global). En total, son 24 millones de euros de inversión indirecta, directa e inducida. Se estudian tres ejercicios. «Todo eso no va al sector artesanal, sino que entra por las procesiones o las cuotas de salida, se invierte en patrimonio o en las casas hermandad», dice. Claro, se refiere a los gastos de luz, agua, seguridad o hipoteca de la sede cofrade, lo que se invierte en mantener o adquirir nuevo patrimonio, y otros gastos.

Hay una industria cofrade en la ciudad, empresarios pequeños y medianos cuyos talleres generan empleo

De esta forma, puede estimarse que una cuarta parte de esos 24 millones de euros (esta suma es el efecto -directo, indirecto e inducido- que generan las cofradías de Málaga sobre la economía de su entorno) va a adquirir nuevo patrimonio, a conservarlo, a restauraciones de enseres, etcétera. Es decir , esa es la suma que iría a esas cien empresas locales de la industria cofrade (aunque hay también industria en la provincia y en la comunidad, claro; incluso fuera). En los dos últimos años, dice Del Alcázar, «esa inversión se ha visto frenada por la pandemia». Una partida importante de lo que reciben las cofradías, en torno al 30% viene de la procesión y de la aportación que les hace la Agrupación, por lo que los presupuestos, debido a esta situación, «se han visto mermados». El valor de estos artesanos no es sólo cuantitativo, dice el profesor, sino también cualitativo, porque de no desarrollar aquí estas profesionales las artes relatadas habrían desaparecido. Esos talleres generan empleo. Cree Del Alcázar que el Ayuntamiento podría dar ayudas finalistas para el desarrollo del mantenimiento y conservación del patrimonio cofrade, «ya que al ayudar a las hermandades se ayuda a los propios talleres, se beneficia, por tanto, a dos agentes». Y otra idea puede ser dar subvenciones directas a estos profesionales, entendiendo que el patrimonio, no es sólo de las cofradías, sino que pertenece a la cultura de la capital (por ejemplo, si esas mejoras patrimoniales se hacen en capillas o iglesias). Si no se les ayuda de alguna forma, la ciudad perderá decenas de empleos artesanales y parte de su identidad.