Semana Santa

Enrique Salvo: "Seguimos encontrándonos tratamientos que no son deseables y que ocasionan deterioros"

Enrique Salvo Rabasco, licenciado en Historia del Arte y titulado superior en Restauración de Bienes Culturales, recalca que los 'besamanos' son el origen de muchos daños que, una vez arreglados, se vuelven a producir al repetir esta práctica

Enrique Salvo Rabasco, licenciado en Historia del Arte y titulado superior en Restauración de Bienes Culturales

Enrique Salvo Rabasco, licenciado en Historia del Arte y titulado superior en Restauración de Bienes Culturales / L.O.

Lydia Sánchez Gutiérrez

El proceso de restauración implica la identificación y reparación de daños causados por el paso del tiempo, factores ambientales o incluso accidentes. Desde la limpieza de la superficie hasta la reconstrucción de partes dañadas, el restaurador trabaja con meticulosidad para devolver a la imagen su esplendor original. Uno de los restauradores y licenciados en Historia del Arte, más reconocidos de la escuela malagueña, Enrique Salvo Rabasco, confirma que la destreza técnica, conocimiento histórico y la sensibilidad artística que debe tener un restaurador, es toda una habilidad, puesto que además de la técnica llevan consigo un profundo respeto por la herencia cultural y la espiritualidad asociada a las imágenes religiosas.

En el transcurso del tiempo, se ha observado cómo los daños en nuestro patrimonio cultural han ido emergiendo, lo que ha llevado a restauraciones realizadas de manera improvisada por individuos que carecían de formación específica en conservación. Inicialmente, estos trabajos, "eran escultores, pintores, personas vinculadas al mundo de la creación porque la disciplina no existía. Afortunadamente, con el paso del tiempo, se crea esta disciplina de la conservación y la restauración del patrimonio. Poco a poco, la concienciación cada vez es mayor acerca de las verdaderas joyas que tenemos, vinculadas a la escultura procesional y a la imaginería", apunta Rabasco.

Restauración del antes y después de Carmen San Gabriel

Restauración del antes y después de Carmen San Gabriel / L.O.

Conceptos de mantenimiento

Los restauradores despliegan un laborioso proceso, que combina el respeto por la herencia religiosa y la técnica, para devolver el esplendor a las obras sagradas. Pero acudir a intervenciones no profesionales, agrava los problemas que se quieren resolver. En esto, Salvo Rabasco es tajante: "Seguimos encontrándonos muchas veces tratamientos que no son deseables, no solamente por improvisar esos arreglos sobre un bien de tanto valor, sino porque es más el deterioro que ocasiona a la larga que el arreglo que se pretende". Por ello, insiste en que la principal labor de una hermandad sobre un titular es un buen mantenimiento.

Lo que más resalta, este restaurador y licenciado de Historia del Arte, a la hora de mantener una imagen, es limpiar el polvo que se le vaya acumulando, bien sea con un plumero de pelo suave o una aspiradora que no tenga mucha presión para evitar que el polvo se acumule, pero sobre todo que no deteriore nunca la capa pictórica.

Cuidados

El cuidado continuo a pesar de los inconvenientes que puedan surgir, es lo más importante: "cuando llueve o cuando hay algún problema -que se rompa algún dedo- tenemos que tener en cuenta que no son obras de arte que están exclusivamente expuestas en un museo, sino que tienen un uso muy concreto y pueden pasar estas cosas. En el caso de la lluvia, es importante no aventurarse en pasarle una toalla al Cristo. Ese acto puede causar un deterioro en la imagen más grave que lo que realmente le podría provocar la lluvia en un inicio", advierte.

Para Salvo Rabasco el seguimiento de una obra restaurada es fundamental para asegurar su mantenimiento en óptimas condiciones. De hecho, apunta que cada cinco años incluyen por contrato una revisión de la obra "para ver cómo evoluciona la imagen, en otras palabras, observar y mantener un seguimiento de la imagen. Nosotros insistimos mucho en el hecho de que somos como los médicos de la imagen, del cuadro, de lo que sea que se restaure".

Antes y después del Sagrado corazón San Fernando

Antes y después del Sagrado corazón San Fernando / L.O.

El 'besamano'

El 'besamano' suele provocar un deterioro en la capa pictórica, puesto que la saliva es un disolvente y este acto que sucede de forma tan repetitiva, se la va llevando. El roce del pañuelo la va eliminando por fricción, ya que produce una abrasión y provoca que se retire. "Tenemos esos deterioros ahí con los restos orgánicos que hayan podido quedar encima y hay que recuperar esa capa matérica y cromáticamente, nivelando y reintegrando el color de lo que se haya podido llevar", apunta Salvo Rabasco.

"Con la luz ultravioleta vemos los restos para actuar puntualmente", explica Enrique Salvo, quien señala que con la microcopia óptica se ve la pérdida de volumen de la pintura y se nivela con el resto. "Son muchos procesos, pero evidentemente buscamos recuperarlo todo. Pero si se vuelve a producir el 'besamano', se va a volver a repetir el problema", menciona.

Recomendaciones

"Tenemos que ser conscientes y ser los más respetuosos con las imágenes. Si se va a tocar que se haga con cuidado, si se puede evitar tocarla mejor. El gran valor patrimonial que tenemos en Andalucía hay que cuidarlo, por lo que a la hora de tocar una imagen, se haga profesionalmente", concluye este restaurador.