Domingo de Ramos

Lágrimas, por encima de todo

La sección de Lágrimas abre la tarde del Domingo de Ramos sentando cátedra en rigor nazareno y resolviendo los imprevistos con rapidez

Miguel Ferrary

Miguel Ferrary

La seriedad y preparación de una procesión se aprecia cuando hay algún imprevisto. Es fácil que todo vaya bien cuando sale según lo previsto, pero ante las dificultades es cuando hay que responder como se espera.

Organizar la procesión de Lágrimas no es tarea fácil. El protocolo debe ser una pesadilla y, gracias a Dios, las filas de nazarenos son. Nutridas y extensas. Sin embargo, salen adelante con soltura. Da alegría ver la salida de nazarenos bien formados y en una cantidad importante, cuando hay cortejos en los que hay más integrantes de las bandas que penitentes. Es algo que algunas cofradías deberían de replantear y tomar ejemplo de Lágrimas.

Salida ajustada

La salida del trono de la Virgen de Lágrimas es compleja. Una saeta de Arcángel prepara a los hombres de trono. Llega el momento de salir. El trono está dimensionado justo para salir por la puerta de San Juan. Bueno, ni eso, porque los varales exteriores tienen que salir antes e incorporarse en la calle Calderón de la Barca. El palio casi besa el dintel de la puerta en una maniobra en la que no valen las mecidas.

Luego está Calderón de la Barca, donde el poco público que cabe se roza con los hombres de trono.

"Avanza la cabeza, señores. Y vamos de frente. Más derecha la cabeza, señores. Y seguimos de frente. Y vamos de frente. Un poquito más a la derecha”. Las órdenes del capataz de Lágrimas Manolo Galindo se escuchan por encima del resto de sonidos, mientras que el trono gira para salir de Calderón de la Barca.

Con un ojo en la cabeza y otro en la cola, corrige la deriva del trono para encajarlo en la calle Fernán González.

Salida de María Santísima de Lágrimas y Favores | Domingo de Ramos 2023

Miguel Ferrary

Imprevisto y solución

Paso para adelante, parada, mecida, paso para detrás, parada, mecida… el baile al ritmo de ‘Siempre Macarena’ para su despedida de la calle San Juan, en la esquina con Cisneros. Una saeta de Joaquín Cabello puso el punto final a esta despedida.

La Banda de Música del Arahal se ha convertido en parte fundamental de este cortejo, tras años de unión en la calle.

Tras ese momento y cuando iban a retomar la marcha en Especería, el trono sube con dos toques de campana y al poco, otros dos para bajar.

¿Qué ha pasado? Rápidamente los ojos miran a la Virgen. El halo de la corona de la Virgen se había partido en las sujeciones laterales y solo quedaba sujeto por el centro, por lo que tuvieron que subir para intentar arreglarlo y, finalmente, cambiarle la corona.

Afortunadamente estaban cerca de la casa hermandad. La procesión se recuperó pronto y con las marchas ‘Triana’ y ‘Reina de San Juan’ se olvidó todo y solo queda el recuerdo de la rapidez en resolver el problema y los hombres de trono dándolo todo por la Virgen.

Otra visión

¿Cómo se viven los momentos previos a la salida de Lágrimas desde dentro de San Juan? Esta pregunta se la puede hacer mucha gente que está fuera De la Iglesia o ve el cortejo por la calle.

La presencia de Antonio Banderas en el interior, como mayordomo de trono, y las fotos en prensa de rostros famosos puede dar una imagen distorsionada. Es verdad que estuvieron María Casado y su pareja la fotógrafa Martina DiRosso o la bailaora Sara Baras, entre otras personas. Pero más allá de eso, los minutos previos son los que se pueden vivir en cualquier cofradía.

Nazarenos revistiéndose, familias de nazarenos haciéndose fotos juntos para tener ese recuerdo, bebés vestidos de nazarenos mirando todo con cara de curiosidad con sus padres orgullosos, reparto de velas, ajustes de capillos, reencuentros de portadores y encendido de ciriales.

Y nervios, muchos nervios. Pero de los buenos. De los que se tienen porque se sabe que algo bueno va a pasar. Cuando se mira el reloj con ganas de empezar. De los que se van dejando cuando suena el "Himno de Lágrimas y Favores" y se canta hasta vaciarse.

El silencio se hace cuando se invita a la oración por la paz en el mundo y por todos los hermanos fallecidos. Es entonces cuando la bulla, los nervios y las conversaciones desaparecen. Se abren las puertas de San Juan. Entra la luz de la tarde. La cruz guía se levanta y comienza la procesión.