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Respiro meteorológico para la jornada de ayer

Un Miércoles Santo sin dudas

El cielo por fin dio una tregua a las cofradías, que no tuvieron que mirar al cielo y consiguieron completar sus estaciones de penitencia en la jornada más larga de la Semana Santa

Un Miércoles Santo sin dudasC. Criado

¿Alguien recuerda un día de la Semana Santa sin temor a la lluvia? Hacía dos años que no se vivía esa experiencia en Málaga. No iba a caer ni una gota, y así da gusto. Qué diferencia con el año pasado, cuando el Miércoles Santo se quedó completamente huérfano y sólo Salesianos pudo salir para ir a la Catedral y El Rico para liberar al preso. Entonces, el cielo dio una tregua para poder cumplir las reglas. Ayer, las cofradías tenían licencia para salir y recrearse.

SALESIANOS | He ahí tu Madre, en Capuchinos

El reto era mantener el sello que hace que Salesianos sea una hermandad reconocida y reconocible en la calle. La marca de rigor y severidad. Continuar el sendero ya recorrido y mejorar todo lo mejorable. La cofradía, con un gobierno distinto, se ponía en la calle a la hora prevista. Entonces en Capuchinos lucía el sol, pero el viento era muy molesto, con rachas fuertes.

El frente de la procesión ya daba sus primeros pasos por Eduardo Domínguez Ávila tras salir del Santuario, y el trono salía del tinglao de la calle Santa Leocadia. La banda del Cautivo tocaba el Himno Nacional a la cruz guía, que avanzaba a los sones de palilleras.

Y en realidad, podrían cambiar los cargos, pero no el carisma de la corporación ni su puesta en escena procesional. Y eso es bueno, porque demuestra que está asentada. Muchos nazarenos y muchos monaguillos precedían al trono, exornado con un monte de claveles rojos. Y, como es debido, en la salida aguardaban corporativamente la archicofradía de María Auxiliadora y las cofradías del Dulce Nombre y el Prendimiento, en la plaza de Capuchinos.

La banda pudo tocar poco en los primeros metros. Mucho tirón a tambor para andar por la Carrera, que estaba limitada por un interminable precinto de la Policía Local para prohibir el aparcamiento y que provocaba que los espectadores tuvieran que hacer una especie de baile del limbo para subir a la acera.

Sonó Amor de Madre, a la mediación, cuando el sol iluminaba con brillantez la escena en la que Cristo se dirige al discípulo amado; e Innece, para girar a Dos Aceras, de manera magistral. La del Cautivo es una banda numerosa que da muestras de gran calidad interpretativa cada día de la Semana Santa y cuyos ecos llegan hasta la lejana Almería. Sin embargo, la cruceta en Salesianos se queda corta. Si la hermandad apuesta por un género, debería hacerlo con todas sus consecuencias y permitir tocar a la banda, sobre todo cuando el público que a esas horas ya está en la calle es fundamentalmente el cofrade.

Un golpe seco del mayordomo con su bastón y la cera se eleva al cuadril para continuar la marcha, de camino a la Catedral.

FUSIONADAS | Inquietud pasajera

A las 17.15 horas se abrió la puerta de San Juan y entró la luz. El mar de capirotes celestes, rojos y negros se ordenaba rápidamente por secciones, mientras que los morados de Azotes permanecían formados tras la cruz guía. Mucha gente esperaba fuera, con los paracaidistas formados a un lateral, junto a la Asociación Musical La Salud, de Alcalá la Real y que acompañó al trono de Azotes con potentes interpretaciones.

Fusionadas es un compendio de la Semana Santa de Málaga en pequeño. Una cofradía de contrastes. Colorista, vital, diferente en la unidad, bulliciosa, seria. Combina el manierismo de Azotes con la sobriedad de Ánimas. El movimiento de Exaltación con la serenidad del Mayor Dolor. Todo y uno. Una combinación exacta y perfecta, que no es reproducible fuera de su contexto.

San Juan se convierte, en la tarde del Miércoles Santo, en una cita obligada. Este año, además, con un interés renovado. Había que ver el nuevo trono de Azotes, trabajado y complejo, que necesita una mirada reposada para apreciarlo. Pero también con la novedad de que el Señor procesionó solo, sin su grupo escultórico ante la intención de la hermandad de cambiar los sayones que hiciera Suso de Marcos. Quizá en dos o tres años veamos ese estreno, con la esperanza de que no se pierdan las actuales imágenes.

La salida de Exaltación se hizo al ritmo de palillera, con la Banda de Cornetas y Tambores del Carmen. Sin mecer, con el paso firme de los portadores, fue saliendo a la calle, con el sol acariciando poco a poco el trono. Una saeta desde un balcón recibió al Cristo en la calle, tras terminar la marcha Exaltación, con la que salió el trono. Luego le siguió Cristo del Amor por Calderón de la Barca.

Mientras, en el interior sonaba Jesús de las Penas por la Banda de Música de la Esperanza para acompañar las primeras maniobras del Cristo de Ánimas, que contó con un grupo de paracaidistas en las cabezas de varal. Fuera le esperaba la banda de la Brigada Paracaidista, que interpretó su tradicional Bolero Paracaidista para recibir al Cristo.

La salida del Mayor Dolor se hizo en una complicada maniobra preparada por los compases de Amarguras y ejecutada por milímetros, con algún que otro susto incluido. Los primeros pasos por la calle se hizo con la marcha Altare Dei.

Luego llegó la entrada en la calle Nueva, un afortunado cambio en el itinerario que ha hecho ganar enteros a la cofradía, pese al pequeño parón sufrido por el retraso de Salesianos. Los tronos hicieron una entrada espectacular desde Especería. El gran trabajo de los capataces se notó en órdenes precisas, claras y adecuadas. Destacable la entrada de la Virgen del Mayor Dolor, con Estrella Sublime –gran marcha– como fondo y una curva suave, perfecta. Una delicia.

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