Sábado de Pasión 2023 I El prólogo de los traslados populares

A unas horas del comienzo del Domingo de Ramos, la calle es pura electricidad. Hay muchas ganas de empezar la Semana Santa, las conversaciones giran sobre dónde quedar para ver la Pollinica, dónde comer o que itinerario llevar. Para ir aplacando esa 'hambre' procesionista, los malagueños acuden a algunos de los traslados más populares de la ciudad. Comenzó el día con el Cautivo y la Virgen de la Trinidad, que volvieron a llenar la plaza de San Pablo para la Misa del Alba y las calles de su barrio en una muestra de fervor difícilmente explicable al de fuera, si no se ha vivido. Dulce Nombre y Sepulcro pusieron ese contrapunto más sobrio en la mañana de este Sábado de Pasión, que terminará con traslados populares y numerosos: Zamarrilla, Misericordia y Sentencia. Un gran final para la jornada más ilusionante. A partir del Domingo de Ramos, las ilusiones se van convirtiendo en realidad.

Traslado de Dulce Nombre 2023

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El Dulce Nombre, el hechizo de Capuchinos

La calle de Miguel De Molina anuncia la llegada a la Parroquia de la Divina Pastora. No se escuchan tambores ni cornetas, pero en una situación como esta diríamos que hay jaleo. Por la parte trasera del tinglado, junto a la iglesia, se asoman los varales del trono de madera y el manto tapado, pero aún así de ese reconocible y expresivo azul. No todos los días se es testigo de un recuerdo del pasado tan vivo como es el tinglado, que es, a estas alturas, casi una especie en peligro de extinción. 

Los vecinos de la barriada y otros feligreses comienzan a ocupar los distintos escenarios de la Plaza de Capuchinos, mientras, en el interior de la parroquia aún se celebra la homilía. En el arco que sirve de antesala al altar, se lee una frase en latín que dice: "Ecce beatificamus eos qui sustinuerunt", "fíjense que llamamos felices a aquellos que fueron capaces de perseverar". Este es un lema que no podría hacer más justicia a una parroquia volcada con su gente, para lo bueno y para lo malo.

A la salida de los titulares, María Santísima del Dulce Nombre y Nuestro Padre Jesús de la Soledad, resulta llamativo que los hermanos de la cofradía que levantan las peanas son los pies y las manos del Señor y la Virgen. Que no sean sus hombros los que los portan deja los rostros de María y su hijo cerquita de los que tenemos los pies sobre el asfalto, un sentimiento de cercanía que se traduce en emoción. 

Una oración bajo las palmeras frente al monumento en conmemoración de Fray Leopoldo de Alpandeire y los titulares de la hermandad se preparan para ocultarse bajo el tinglado. "Quiero que me den ya el puesto", se escucha decir entre la multitud. Ya quedan pocas horas para que el Dulce Nombre celebre su cortejo por las calles del centro.

Traslado del Sepulcro 2023

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Una vida en el varal del Santo Sepulcro

"¿Qué voy a sentir? Una pena muy grande de no poder llevar mi trono". Cuando solo era un chaval, con 15 años, Adrián Villalba arrimó por primera vez el hombro a la cofradía del Sepulcro. "Yo estaba en el Málaga Cinema y los vi", cuenta con entusiasmo a La Opinión. En la puerta de aquel mítico cine de la Plaza Uncibay comenzó todo, una vida cofrade que ya tenía raíces en una familia venida desde La Haya (Holanda). Su padre, Julio Villalba también había vinculado su historia a la emoción de la Semana Santa, siendo hermano mayor de Las Penas y La Esperanza. 

Hoy, su cofradía le ha reconocido su trayectoria, de más de 60 años, en un acto celebrado en la Iglesia de Santa Ana del Císter, minutos antes de la salida del traslado de los titulares, Nuestro Padre Jesús del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad. 

La salida ha estado marcada por el silencio, como no podía ser de otra manera. 4 tambores determinaban el ritmo de los pasos de los hermanos desde la pequeña iglesia escondida hasta la casa hermandad, en la calle Alcazabilla. Senda de gotas de cera burdeos y unas manos que agarraban las velas con fuerza, todas vestidas con guantes negros. Entre el camino que creaban las velas, comenzó a andar el Señor, portado con el respeto que se merece la imagen. 

De cerca, le siguió la Virgen, una dolorosa de manos finas y puñal clavado en el pecho. Detrás de ella, un grupo de penitentes que la siguen y que lo harán también en la salida procesional de la hermandad. La cuenta atrás, solo 5 días.

Cristo de la Clemencia, una llamada a repensar las procesiones

El traslado de Zamarrilla, en imágenes

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Zamarrilla | María Santísima de la Amargura, abrazada por los aplausos de sus devotos

La brisa que corre en la tarde del Sábado de Pasión mueve unas palabras: “Hace unos años la Semana Santa no era lo que es ahora”. Más o menos tradición, más o menos vanguardia, nueva orfebrería o nuevos bordados en las túnicas, cada año los pelos de punta o las lágrimas son el lenguaje en el que habla la emoción al ver salir, como siempre, a tu Cristo o a tu Virgen. Y es que, ¿hace falta algo más? 

En la ermita de Zamarilla, la que se vuelve el punto de encuentro entre las barriadas de La Trinidad y El Perchel, los rayos del sol no iban a ser, en absoluto, un impedimento para los que son devotos de sus titulares. El traslado del Santísimo Cristo de los Milagros y María Santísima de la Amargura Coronada se esperaba con ganas en una tarde en la que el calor aún apretaba, aunque el viento le hacía competencia. 

En calle Pelayo, el paso de los que el jueves se vestirán con capirotes morados y burdeos se convierte en un baile pegados, en una constante suma de saludos, abrazos y de: “¿Esa niña me la puedes regalar? Va guapísima”.

El recogimiento al paso del Cristo de los Milagros hace honor a su nombre y a ese momento, en el que, desde el borde de la acera o apoyado en un coche aparcado, pedimos por aquello que nos incomoda o nos acompleja. 

¿Y cuándo llega Ella? El incienso la precede y los aplausos la acompañan. Hoy la sostienen, en un trono sencillo y que aún así la hace brillar, una veintena de mujeres de trono, que la mecen al ritmo de las melodías de la Banda de Música de Zamarilla. 

Una de ellas no podía dejar de sonar, “Alma de la Trinidad”. Los acordes empiezan a sucederse cuando la Virgen se acerca a la casa hermandad de Jesús Cautivo y María Santísima de La Trinidad Coronada. Su encuentro crea un ambiente que celebra que las vidas cofrades vuelven a celebrarse un abril más.

Jesús de la Misericordia enciende la noche de Málaga

Plano medio, plano medio corto, primer plano y a veces, plano detalle. Los balcones y las terrazas dejan todo tipo de escenas cuando comienza a sonar el repiqueteo de los tambores. Calle Peregrino es un fiel reflejo de ese momento que, durante la espera de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia, entretiene las miradas. 

Con túnica blanca, los hombres y mujeres de trono mecen al Chiquito en su camino hacia la calle Montalbán. El Señor del Perchel luce imponente en su traslado hacia su casa hermandad y bajo los ojos atentos de niños, jóvenes y mayores a los que roba por completo su atención. Un grupo de penitentes le acompaña, mientras que el cielo de vivo azul que ha protagonizado el día, va dando paso a un tono más apagado al que alumbran las llamas de los cirios de los hermanos que preceden a Nuestra Señora del Gran Poder.

“Ahora cuando arranque, veremos a tu madre y le enseñas la estampita”, se escucha decir bajito en la primera fila de feligreses. En cuanto el rostro de la Virgen ya ha recorrido la mitad de calle Peregrino, ahí está, en el final del tercer varal. “¡Hola Mamá!”. La ilusión se transforma en palabras mientras una mano pequeñita se eleva por encima del carrito como queriendo abrazar a la mujer de trono.

La Banda municipal de Música Maestro Paco Tenorio de Arriate se arranca por “Triana” y se hace magia cuando el trono, que deja como protagonista el manto oscuro de la Virgen, encara la curva hacia Montalbán.

Devoción y pasiones al paso de la Sentencia hacia el Cervantes

Por la Tribuna los Pobres, que hoy ha amanecido con el apodo de “Tribuna de los guiris”, grupos, parejas y amistades, desconocidos entre sí, parece que se dirigen, juntos, en busca de la cofradía de la Sentencia. La idea de cerrar el Sábado de Pasión con sus titulares ha sido, sin duda, la ganadora. 

Desde el comienzo de calle Cárcer en dirección al Cervantes solo sale entonar un ‘olé’, por la forma de llevar a Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y a María Santísima del Rosario, y por la manera de tocar que tiene la Agrupación Musical del Cautivo de Estepona. 

La subida, que a simple vista es una inclinación apenas apreciable, se observa en los rostros de los hombres de trono. Los titulares atraen indiscutiblemente a cientos de feligreses y turistas que sienten la llamada. “Es su Cristo desde chiquitilla”. Y aunque no lo fuese, es inevitable no conmoverse. Sábado de Pasión, un par de horas para el Domingo de Ramos.