Estudio

Alertan sobre el “boom” de los “streamers” a los que cada vez quieren imitar más adolescentes

TitoDami, creador de contenido en internet: “Juego de 10 a 12 horas al día” | 6.000 jóvenes gallegos, adictos a los videojuegos

TitoDami, “streamer” pontevedrés, durante un directo en Twich.

TitoDami, “streamer” pontevedrés, durante un directo en Twich. / CEDIDA

Diego Real García

En los últimos años, la adicción a los videojuegos se ha convertido en una de las cuestiones que más preocupan a padres y educadores. Según un estudio de la Fundación Barrié y la Universidade de Santiago, coordinado por el doctor en Psicología Social y profesor de la USC, Antonio Rial Boubeta, el 7,1% de los adolescentes sufre este tipo de adicción, lo que equivale a más de 6.000 en Galicia y a más de 150.000 en toda España.

Según Rial, la adicción a los videojuegos presenta una serie de síntomas comunes a los que conviene que padres y educadores estén atentos, como cambios de estado de ánimo repentinos y exagerados, problemas de sueño y trastornos digestivos. También alteraciones en las rutinas y una dedicación excesiva a los juegos que llega a ocupar gran parte de la vida de estos jóvenes.

Lo sabe bien Damian, más conocido en las redes como TitoDami, un conocido creador de contenido pontevedrés, con miles de seguidores en los directos que hace desde la plataforma Twitch, que reconoce haber sufrido este trastorno. “Fui adicto a los videojuegos. Mi vida era levantarme y dirigirme al ordenador para jugar hasta irme a dormir otra vez, dejando de lado todas mis responsabilidades”.

A esta vida en la que todo es jugar se une la cuestión económica, porque los videojuegos también generan gastos. Según el estudio de la Fundación Barrie y la USC, el 7% de los jóvenes en Galicia gasta más de 30 euros mensuales en compras dentro de los juegos.

No obstante, Rial advierte sobre la sobrepatologización del problema. “Si bien cada vez más padres acuden a profesionales de la salud con preocupaciones sobre una posible adicción a los videojuegos por parte de sus hijos, la mayoría de los casos se debe a problemas de educación y falta de establecimiento de límites y normas”, explica.

Grupo más afectado

Por edades, el grupo más afectado tiene entre 6 y 14 años. Según la patronal del videojuego en España, el 78% de los niños y niñas de 11 a 14 años juega regularmente a videojuegos al menos una vez por semana. Además, el 76% de los niños y niñas de 6 a 10 años también juega con frecuencia. La preocupación aumenta cuando muchos de los videojuegos más populares contienen contenido inapropiado para menores, con violencia explícita y clasificación PEGI 18.

¿Pero cómo se llega a ser adicto a los videojuegos? Antonio Rial apunta tres condicionantes distintos. El primero tiene que ver con la intensidad y la frecuencia: “¿Qué es mejor? ¿Jugar una hora cada día o jugar 22 horas el fin de semana?”, pregunta. Lo cierto es que los expertos no se ponen de acuerdo en cuál es la respuesta correcta. “Las dos son igual de nocivas, y, si se juntan, te vas a acostumbrar a eso y solo vas a querer jugar. Y, por tanto, tu único canal de desahogo y de fuente de placer van a ser los videojuegos”, señala.

Otro condicionante es el modelo de negocio de algunos videojuegos conocido como “Free to Play, Pay to Win” (jugar gratis, pagar para ganar). Estos juegos permiten jugar de forma gratuita, pero requieren realizar compras para ir progresando y tener ventajas, algo que también los vuelve un producto adictivo.

El último de estos causantes es la falta de supervisión parental y el nulo o escaso conocimiento de los padres sobre el universo de los videojuegos. “Este es el mayor de los problemas. Los padres no saben a qué juegan sus hijos, ni cuánto tiempo juegan”, asegura Rial.

Nuevos fenómenos

Los expertos también achacan el aumento de esta adicción a los videojuegos al fenómeno de los famosos streamers. “Estos individuos son los nuevos referentes de los jóvenes y están haciendo un ejercicio de irresponsabilidad social”, afirma. Rial también lamenta que con su ejemplo estén propiciando cambios en el pensamiento de los adolescentes. “Muchos jóvenes ya no quieren estudiar y luchar por trabajar de lo que les gusta. La cultura del esfuerzo está desapareciendo”, explica, para añadir que son muchos los adolescentes que piensan en dejar los estudios para dedicarse a ser streamer o gamer profesional. “En España, uno de cada cinco adolescentes quiere dedicarse a vivir de los videojuegos”, sostiene.

TitoDami fue uno de estos jóvenes que quiso que la creación de contenido en internet se convirtiera en su forma de vida. “Estaba cursando segundo curso de informática y lo dejé para centrarme en ser streamer, porque confiaba en que me iba a ir bien. El primer mes no gané ni 200 euros y me decepcionó bastante, ya que no era lo que esperaba, pero el segundo mes me invitaron a Marbella Vice, una serie creada por Ibai Llanos y en la que participaban los streamers más grandes de habla hispana, y todo cambió”. En esa época, Damian llegó a ganar algún mes hasta 6.000 euros, aunque no duró. Él mismo reconoce que ahora no está en su mejor momento y piensa en nuevas formas de vida. “Ya no quiero vivir de esto. A final de mes empiezo a trabajar en otro ámbito y lo que ingrese por los directos será un suplemento para vivir más cómodo”, sostiene.

TitoDami no cree que los creadores de contenido en internet tengan la obligación de concienciar a los jóvenes sobre el juego responsable. “Yo he hecho directos de dos días sin dormir y normalmente juego entre 10 y 12 horas diarias. Así que sería un poco hipócrita decirle a los jóvenes que no jueguen. Además, yo hago mi trabajo y no es educar, sino entretener”, dice.

Al margen de este debate, los expertos reconocen que no se puede demonizar el sector del videojuego. “El juego es posiblemente la mejor herramienta de aprendizaje y desarrollo del ser humano. Los videojuegos bien utilizados son una auténtica maravilla, porque pueden desarrollar una función magnífica, sobre todo con los jóvenes que tienen dificultades de aprendizaje o determinados tipos de trastornos a nivel cognitivo”, explica Antonio Rial.

Algo que sí comparte TitoDami, quien recuerda que los videojuegos “ayudan a muchos jóvenes a socializar y a evadirse cuando en el mundo real no lo están pasando bien”.