Se formó en Badalona y alcanzó notoriedad en el banquillo del Real Madrid. Joan Plaza Durán (Barcelona, 26 de diciembre de 1963) quiere volver a la cima con el Zalgiris, una experiencia tan apasionante como desconocida.

¿Qué tal la experiencia?

Vine a Kaunas para seguir mejorando, para aprender cómo se vive el baloncesto desde el otro lado. Estamos muy acostumbrados en España a que vengan grandes entrenadores a nuestra Liga y para mi propia formación quería pasar por este proceso, y de momento está siendo muy positivo, con cosas mejorables, con otras sorprendentes, pero positivo. Sin esto es difícil tratar de optar a ser uno de los mejores. Es vivir otro idioma, otros hábitos, otra meteorología, otras costumbres, otros gestos, otra gastronomía... Básicamente es sentirte como los americanos cuando vienen a España, o como se sienten los croatas, serbios o italianos. De momento los resultados están acompañando y veremos si seguimos en la misma situación que hasta ahora.

En Kaunas y en Lituania, el baloncesto es más que un deporte. ¿Por qué?

Este país tiene apenas poco más de tres millones de habitantes y no tiene otros deportes de equipo de una cierta relevancia, en fútbol, balonmano o voleibol. Y desde que se separaron de la Unión Soviética han utilizado el baloncesto como su bandera. Vayas donde vayas tienes baloncesto, cualquier canal de televisión lo da y todas las canchas están llenas. Cuando vas a un restaurante y a los bares, los pósters que hay son del Zalgiris, y no de futbolistas. La referencia de este país es el básket y se vive con una pasión desbordada.

El Zalgiris estaba en el «Grupo de la Muerte» en la Fase Regular. Y no sólo accede al Top 16 sino que además es campeón de grupo. ¿Se esperaba este comienzo?

No, en absoluto. La gente está muy contenta, se ha identificado con la forma de entrenar que le he propuesto. Hay jugadores que han venido a finalizar sus carreras y han pasado por los mejores equipos y los mejores entrenadores, y se han involucrado al cien por cien y se encuentran muy cómodos. Es muy halagador y bonito. Hemos sido el cuarto equipo más anotador y la segunda mejor defensa de la Fase Regular de la Euroliga. Son datos que aquí a la gente de Lituania, que es relativamente fácil estimularla, les está excitando, y el nivel de intensidad en el que se vive el Zalgiris en el país es muy grande. Ahora el objetivo es mantener el nivel sin perder de vista las lesiones, la posibilidad de traspasos y de que salgan jugadores y el tema del dinero que está rodeando al equipo en las últimas semanas.

El Zalgiris ha disputado entre Liga, VTB y Euroliga 26 partidos, con 22 triunfos, y una única derrota en casa, ante el Olympiacos, actual campeón de Europa. Números muy importantes...

El Zalgiris, en el Top 16, sólo ha ganado en el último lustro un partido de los últimos 20. Y cualquier equipo de Europa que se precie ha de convertir su casa en un fortín, y luego hemos tenido la capacidad de ganar en todas las pistas que hemos jugado en la Fase Regular de la Euroliga, excepto en Zagreb ante el Cedevita, que perdimos en la segunda prórroga por dos puntos. El equipo sabe dónde puede ser fuerte y en casa lo hemos logrado y, si luego somos capaces de ganar en la carretera, pues mejor. No sobrevives a estos niveles si no muestras una fiabilidad en casa del 90 o del ochenta y largos por ciento.

Es vox populi que hay un problema de liquidez en el club y que ni técnicos ni jugadores están al día en el cobro de las nóminas. Kalnietis se marchó para aligerar la plantilla, Javtokas sigue lesionado e incluso se habló hace 10 días de que Kaukenas se iba al Fenerbahce. ¿Cómo influye esto?

Influye, porque por más que tú quieras minimizar las cosas, al final acaban pesando. Cuando llegué en verano me dijeron que Javtokas iba a estar recuperado en un mes, y fíjate a qué alturas estamos. Bajo esa previsión se ficharon a los hermanos Lavrinovic, y sin embargo Javtokas lleva parado desde agosto, Klimavicius no va a jugar hasta verano y los Lavrinovic, pues como se esperaba, tienen problemas de espalda y rodillas, y se entrenan cuando pueden, es raro verles terminar una sesión. Luego al comienzo de temporada se traspasa a Kalnietis, se ha hablado de Kaukenas... Y todas estas cosas afectan. Lo que está demostrando el equipo es que la calidad humana está siendo más apreciable de lo que se piensa, y no ya en España, si no en la propia Lituania. A nadie se le debe ocultar que cuando a alguien le dejan de pagar dinero pues el rendimiento queda afectado. Y ésa es una de las muchas cosas. Por eso tiene más valor lo que estamos haciendo.

¿Cómo ha visto al Unicaja?

He visto grandes cosas y cosas menos grandes. No es un equipo bipolar, pero sí puede demostrar una gran capacidad de hacer cosas muy verticales, muy plásticas, muy directas, con una defensa dura. Y sin embargo, hay otros días en los que se le ha visto ofensivamente más flojo, dependiendo de determinados jugadores. Y defensivamente pasaron a defender dependiendo de su estado de ánimo en ataque, y eso es un arma de doble filo. Porque si defiendes como atacas y lo haces bien en ataque pues defiendes de narices, pero a veces no se logra encajar el mecanismo defensivo.

Han sido dos proyectos muy renovados, con cambios de técnicos y muchas caras nuevas. ¿Ve algún paralelismo?

La gente ha de saber que en cuatro años han pasado por aquí diez entrenadores. Nosotros entrenamos en una pista anexa al Zalgirio Arena y están todos los escudos de la historia del club, y en el del año pasado sólo quedan tres jugadores. Pero es que en el de hace dos temporada hay apenas dos. Llevan años de inestabilidad y cambios. De jugadores, técnicos... Mi propuesta es mejorar. En el Madrid podía tratar de ser el mejor ataque y la mejor defensa. Y en Sevilla sólo podía pedir ser la mejor defensa. El primer reto para mí era llegar a Navidad, porque mis cuatro antecesores no lo habían logrado. Cuando llegué aquí uno de los jugadores más importantes me decía que ellos se sentían perdedores. Y para alguien que vive en España, pues el Zalgiris nos puede recordar a todo menos a eso. Mi trabajo ha sido elevar el nivel de autoestima. La victoria la cantaré o no al final de temporada, y no por lo que se gane.

Le pido un ejercicio de imaginación. Dígale al Unicaja qué debe hacer para ganarles.

Lo que intentarán Repesa y sus jugadores es ser ellos mismos. Ellos tienen un patrón de juego, que leía que están muy orgullosos de todo lo que están haciendo. Para mí el Unicaja es un equipo que por su tradición siempre va a estar en la Copa del Rey, y más con el esfuerzo que se ha hecho este año. El Unicaja es un equipo que siempre va a estar en los play off y que está en el Top 16. Son muchos frentes los que debe atajar. Y supongo que el equipo va a tratar de ser él mismo, con las cosas buenas y malas. Yo creo que tienen un patrón, que ha diseñado Repesa, con el que habrá gente que esté más o menos de acuerdo, y que ellos seguirán. Yo espero al Unicaja del mismo nivel que lo hizo contra el Barcelona y no al nivel que estuvieron en Valencia. Y por ahí irá la cosa.

¿Teme usted que el Unicaja, tras ese pésimo último encuentro en Valencia, vaya a Kaunas a redimirse?

Claro, claro... Eso es evidente. En cualquier profesión pasa. Si a un camarero se le cae la copa en un bar, no tengas duda que la siguiente que sirva no se le va a caer. Y si tú escribes un mal artículo un día, seguro que al siguiente lo vas tratar de hacer mucho mejor. Ellos van a salir al mismo nivel de intensidad o superior si cabe al que mostraron en Barcelona. Serán más agresivos en todo: rebote, líneas de pase, ataque... Ésa es la suerte del deporte, que tras caerte, te levantas con agilidad para demostrar que no son el equipo de Valencia.

¿Cuáles son sus favoritos de grupo para acceder al Top 8?

Yo creo que CSKA y Real Madrid, aunque sea por presupuesto. CSKA tiene alrededor de los 40 millones y el del Madrid está altísimo... El del mismo Unicaja también es alto. Pero cuando estás en la pista has de hacerte valer con lo que tienes. Nosotros tenemos 8,5 millones y no es excusa para nadie. Dicho esto, CSKA y Madrid estarán en la pomada, y luego pues tanto Panathinaikos como Unicaja y Efes y nosotros, pues debemos estar ahí. Aunque ya hemos visto cómo se las gastan los alemanes... Ese baloncesto está subiendo a pasos agigantados. En el otro grupo, creo que el Barcelona será el campeón.

¿Es tan peculiar el propietario del Zalgiris, Vladimir Romanov?

No soy capaz aún... Estamos ahora tratando de cambiar el proceder de años anteriores. Y es una persona que tiene muchas empresas en todo el mundo y hasta equipos de fútbol, por lo que él trata de dirigir el club de una forma parecida. Estoy orgulloso de lo que hablamos en verano, nunca podrá decir que le he engañado y, a partir de ahí, a aguantar las embestidas y algunos días malos. Parece que después de perder por dos puntos en la segunda prórroga ante el Cedevita todo el mundo se viene abajo... mientras que en otros clubes como el Barcelona, que está perdiendo muchos partidos, no pasa eso. O el mismo Unicaja. Al final son los hechos los que ayudan a que una persona vaya entendiendo más de baloncesto y confíe en un proyecto. Le he dicho que confíe en mí o en cualquier otro, pero que no puede, por una derrota o dos, echarlo a perder.

Una de sus primeras decisiones fue fichar a Tremmell Darden, ex del Unicaja. ¿Por qué?

Los últimos americanos que vinieron a Kaunas no dieron la estabilidad que se requería. Y con Tremmell sabemos que no fichamos a un jugador que anotará 25 puntos por noche, pero es una persona que me da consistencia, vestuario, equipo, inteligencia, lectura... Estoy muy contento con él.

Va a encontrarse con Earl Calloway y Txemi Urtasun, a los que dirigió en Sevilla.

También fui de los primeros que vio a Andy Panko en las Ligas de Verano de Estados Unidos... Es muy bonito poderte encontrar con exjugadores tuyos, con los que muchos de ellos has ayudado y colaborado a que hubiera un cambio radical. Cualquier jugador que haya pasado por mis manos y haya seguido creciendo, para mí es un halago cruzármelo.

El Unicaja va a recorrer 9.115 kilómetros en cuatro días. Málaga, Kaunas y Las Palmas, con escala en Copenhague.

Estamos en unos niveles de profesionalidad muy altos. La semana pasada jugamos en Krasnye, en la Mongolia Siberiana. Jugamos ese partido y dos días antes habíamos jugado cerca de Moscú, por lo que tuvimos que coger tres aviones para llegar a Kransye, donde hizo 39 grados bajo cero. Éste es el circo en el que estamos montados. Málaga tiene banquillo, capacidad, rotación y tradición para superar esto y más.