Es viernes por la noche y seguimos frotándonos los ojos. Un nuevo partido del Unicaja y una nueva victoria, y ante todo un Real Madrid, que cosechó su primera derrota como casero en esta fase de la Euroliga. Cuando uno lo ha pasado tan mal y ha estado en una situación tan complicada y tensa, y logra recuperarse enganchando varias victorias consecutivas, lo primero que quiere el aficionado justo cuando termina el encuentro es que comience cuanto antes el siguiente para que no se enfríe la racha y continúe la recuperación. Muy bien el conjunto malagueño ayer, que realizó un partido muy serio en una pista tan complicada como la del Real Madrid y en un choque que tras los dos primeros cuartos se había puesto muy negro.

Pero este Unicaja es otro. Son los mismos jugadores y el inquilino del banquillo es el de principio de temporada, aunque las sensaciones que transmite son totalmente contrarias a las de hace poco más de un mes. ¿Las razones? Son varias, las rotaciones están mucho más claras y los roles de cada uno de los jugadores mucho más definidos. La convicción con la que los integrantes del equipo realizan cada una de las variantes que desarrollan durante el encuentro es total. Ahora creen completamente en cada acción que realizan y ésa es la clave para que ésta salga adelante. Se ha puesto un punto de mesura desde el banquillo también, y aunque sigue habiendo una gran energía, ahora hay mucha mayor tranquilidad a lo largo de todos los minutos del encuentro y el nivel sólo se eleva en determinadas ocasiones, cosa que causa mucho mayor efecto.

El conjunto tiene mucho más claro sus objetivos, tanto ofensivos como defensivos, así el juego es mucho más fluido, todos participan más del mismo y no dependen tanto de la inspiración individual, únicamente al final de los partidos que es donde deben aparecer los «jugones» como Marcus Williams. Al final todos estos pequeños detalles suman tanto como para cambiar completamente el rumbo del Unicaja, al que ahora todos miramos con optimismo y con ganas de que siga en esta dinámica positiva de resultados, pero lo que es aún mejor, con esta mejoría tan importante en sus prestaciones. Esperemos que lo mejor esté aún por venir. Mañana domingo ante el Fuenlabrada hay que cambiar el chip y centrarse nuevamente en la Liga Endesa, donde también son fundamentales los triunfos para seguir en esa lucha encarnizada por entrar en los play off por el título. Desde luego que si el equipo sigue en esta línea adoptada hace varias jornadas tendrá mucho ganado, más aún teniendo en cuenta que volverá a disputar el encuentro arropado por todos sus aficionados y como se ha demostrado en los últimos partidos, eso va a ser un plus con el que cuenten los verdes.

*Dani Romero es exjugador del Unicaja