Sólo ha disputado una Final Four, jamás ha ganado ningún título importante en el escenario europeo, a sus partidos de Liga apenas acuden 2.000 personas y sin embargo, el Anadolu Efes ha cometido alguna de las locuras más salvajes del básket europeo: fichó a golpe de talonario al gran Marcus Brown, hizo lo mismo con el mejor letón Kaspars Kambala, retuvo hasta su marcha a la NBA a Mehmet Okur, pagó al Tau medio millón de euros para comprar a Stanko Barac (fichado ayer por el modesto Cedevita), calcó la operación con Esteban Batista, al que luego tuvo sentado en la grada, le pagó a Dusko Savanovic 1,7 millones de euros libres de impuestos... Que le pregunten a Kostas Vasileiadis, que el año pasado también sucumbió a la llamada del Efes turco, un club que vive del capricho del empresario Tuncay Ozilhan.

Ozilhan aparece en la Lista Forbes de los más ricos del mundo en el puesto 931, con una fortuna estimada en 1,6 billones de dólares, amasada, principalmente en la cervercera Efes Pilsen. Hace tres años se refundó en Anadolu Efes, para comenzar a exportar cerveza a Rusia y Ucrania, donde expande su espectacular negocio.

El Grupo Anadolu es un holding de sociedades que pasó a presidir en 2007 y de la que había sido consejero delegado desde 1984. Anadolu Efes es el buque insignia de la compañía, el productor número uno de la marca de cerveza de Turquía, Efes. Su otro filón en el sector es la comercialización por parte de su holding del 50,2% de Coca Cola en su país. El Grupo Anadolu también tiene participaciones en las cadenas de restaurantes de comida rápida de McDonald´s en Turquía, al igual que distribuye a la tecnológica Samsung al centro y oeste de Asia, como con la marca de coches de la norcoreana KIA.

Ozilhan, de 67 años, casado y con tres hijos, «tira» muchísimo dinero, año tras año, en su equipo de baloncesto. No le importa no recuperar dinero y se permite el lujo de arrojar fuertes pérdidas en su equipo. El Efes, fundado en 1976, ha ganado una única Liga turca en los nueve últimos cursos y su única alegría europea data de 1996, cuando conquistó la Copa Korac. Posee 17 millones de presupuesto.

El principal problema del Efes es el escaso respaldo social que posee. En Tuquía, un país apasionado por el fútbol, el Fenerbahce (Ulker) y el Galatasaray llenan sus pabellones gracias a sus fanáticos futboleros. El Efes, sin embargo, al no tener sección ni equipo de fútbol, presenta un fuerte déficit de respaldo. En Euroliga presenta ocupaciones realmente bajas: Unics Kazan (2.155 espectadores), Zalgiris (2.966), Sassari (4.014) o Nizhny Novgorod (3.475). Cifras que descienden aún más en la Liga turca.