No hay más tiempo para lamentarse. Es la hora de aunar esfuerzos y salir adelante. El Unicaja mide sus fuerzas desde las 18 horas de hoy con el ICL Manresa, en un partido en el que no vale otra cosa que no sea ganar. La situación es límite, el margen de maniobra inexistente y acudir a la Copa de A Coruña pasa por ganar todo lo de casa y sumar también fuera en Valencia o en Madrid. Así que...

El «unicajismo» espera hoy una reacción del equipo. Que el grupo vuelva a mostrar síntomas de competitividad y de ganas de crecer. El día y medio de vacaciones por la Nochebuena y la Navidad se espera que sirvan de revulsivo para, a partir de hoy, comenzar una nueva etapa, algo así como que hoy sea el primer día del resto de la temporada.

Joan Plaza no cuenta, por segundo partido consecutivo, con el lesionado Stefan Markovic ni tampoco con sus sustituto, DeMarcus Nelson, que ya es uno más en el día a día, pero que no puede debutar hoy porque no llegaron a tiempo sus papeles para inscribirlo en la ACB. Tampoco es segura la presencia en el partido de Will Thomas. El ala-pívot norteamericano viajó a su país para el nacimiento de su segundo hijo y tenía permiso del club hasta esta próxima noche. No obstante, Thomas ha cambiado sus billetes con el fin de poder estar a las seis de la tarde en el Palacio, aunque sea tras 16-17 horas de viaje. Si los enlaces lo permiten, llegará. Pero en principio se puede decir que es seria duda.

El día lo pintan magnífico para que más de uno se reivindique. Nedovic vuelve a tener una oportunidad de oro para sumar minutos en la pista y asumir galones. Fue uno de los que «no estuvo» en Las Palmas. También habrá que ver cómo se comportan los dos escoltas. Jackson y Smith están en el ojo del huracán. No son capaces de sumar dos partidos seguidos buenos y la paciencia del técnico cajista está en el límite del agotamiento.

A Unicaja no le queda otra en esta situación que ganar y mirar de reojo lo que va pasando en otras pistas con sus rivales directos. Uno de ellos, por cierto, este ICL Manresa, que iguala en la tabla a los verdes a estas alturas de la Liga, algo que nadie podía prever cuando arrancó la Fase Regular. Por muy bien que lo hayan hecho los catalanes (que lo han hecho), que ambos equipos estén parejos en la tabla es más por demérito de estos que por mérito de ellos.

Ganar hoy colocaría a los verdes, casi seguro, otra vez entre los ocho primeros, una posición que no es garantía de nada con lo que viene ahora por delante, pero puede hacer pasar la Nochevieja con algo de mejor ánimo, pensando en los de primer domingo de 2016 en La Fonteta, frente al irresistible Valencia Basket.

A pesar del enfado de la afición después de lo de Las Palmas, es de esperar que el Carpena vista hoy sus mejores galas. En plenas Fiestas, un domingo a las 18 horas es un día y una hora perfecta para que la «marea verde» se anime. Es evidente que el equipo necesita hoy más que nunca a su gente. Anímicamente el grupo está necesitado de cariño y la grada debe responder esta tarde con su aliento del primer al último minuto. Y ya después del bocinazo final, cada uno que haga o diga lo que quiera. De todas formas, bajarse ahora del carro sería de cobardes. Y la mejor afición de Europa lo es por su apoyo incondicional, no por su cobardía.