Harrison Ford daba vida en «A propósito de Henry», una película de los 90´ a un abogado sin escrúpulos llamado Henry. Un día el protagonista bajaba a comprar tabaco y se encontraba en medio de un atraco a un supermercado. Henry recibía un disparo que le causaba graves daños cerebrales de los que se recuperaba, pero como un hombre nuevo. Un hombre amable, con valores y que forma una familia feliz y ejemplar. Nuestro protagonista no ha tenido que pasar por un episodio como éste, pero un día decidió que debía cambiar de vida y lo primero que hizo fue cambiar de nombre. En ese momento Bill Walker dejaba paso a Henry Walker.

Bill Walker fue considerado en 2006 uno de los 10 mejores jugadores escolares de Estados Unidos. Las grandes universidades se peleaban por él y por su compañero de equipo en North College Hill High School, OJ Mayo. La Universidad de Kansas State fue la elegida. Su juego maravillaba a todos y ni siquiera las lesiones -se rompió el ligamento cruzado anterior de la pierna izquierda, en High School había tenido la misma lesión en la pierna derecha- impidieron que con dos años de experiencia universitaria, el jugador al que comparaban con Vince Carter, diera el salto a la NBA.

La competencia con OJ Mayo le había hecho crecer. «Éramos muy competitivos, queríamos ganar a todo, hasta a los videojuegos. Es mucho más fácil lograr tus objetivos cuando puedes competir contra alguien. Fue muy divertido», dijo. Pero las lesiones le plantearon dudas. «Pensaba en ellas a diario, realmente cambiaron mi juego para siempre». Fueron unos años locos donde se hizo famoso no sólo por su juego, sino también por comer palomitas en el banquillo durante los partidos o por secarse sus partes masculinas con la toalla en la cancha. Elegido en la segunda ronda del draft, dos lesiones, un desgarro y una rotura en el menisco, marcaron su debut en la NBA con los Celtics.

Aquí están los vídeos: comiendo palomitas en el banquillo y secándose sus partes:

Después de dos años acabó en los Knicks, donde vivió sus mejores años. Su fama de jugador «distraído» le perseguía y el día de Navidad de 2011 tuvo un incidente con Kevin Garnett, que no fue culpa suya, pero que le marcó. A partir de ahí pasó un año sabático para «ordenar su vida» y dedicarse a su hija Milan Skye Walker, nacida en 2011. Hasta que en enero de 2014, después de una conversación con su madre, decidió que por su hija debía cambiar de vida, y comenzó por cambiarse el nombre. Bill era historia, nacía Henry. «Se trata de crecer, nunca me gustó el nombre de Bill, era el momento de dejar ese nombre. Además tenía que dar a mi hija una oportunidad en la vida para tener éxito».

El cambió llegó. Este año se hizo un hueco en el inicio de la temporada de Miami Heat destacando en su acierto desde la línea de tres puntos y desde noviembre, con la temporada ya comenzada, juega para el Cedevita Zagreb. Su cambio de juego por las lesiones hizo olvidar al doble de Vince Carter y crearon un pistolero. Tira más de tres que de dos y aunque en las esquinas su porcentaje es malo, su porcentaje de acierto es elevadísimo desde la parte frontal izquierda. Su mejor partido en Zagreb fue el último ante el Dogus Darussafaka, aunque todavía busca su gran noche. Esperemos que no sea en el Carpena. Suerte