Pequeño en tamaño (1,76) y gigante en su juego, Joan «Chichi» Creus representa como casi ningún otro al base completo. Director de juego que, como el buen vino, fue mejorando con el discurrir de los años, siendo el jugador nacional más longevo en la historia de la ACB. Chichi Creus desarrolló la totalidad de su extensa carrera en equipos catalanes. Sus primeros éxitos, en forma de títulos, los obtuvo en las filas del Barça. Joan optó por dejar de ser «cola de león» y pasó la mayor parte de años enrolado en las filas del CB Granollers. En el pabellón de Las Franquesas, enfundado en el uniforme amarillo y con el logo de Cacaolat en el pecho, Creus comandaba un equipo por el que pasaron los inolvidables Wayne Robinson, Javier Mendiburu, Manel Bosch y el campeón de mates de la NBA Kenny Sky Walker.

Más de 13 temporadas después y próximo a cumplir los 37 años, edad en la que la mayoría de deportistas de alto nivel ya están retirados, Chichi afrontó un nuevo reto. Gracias a su excepcional estado físico pudo ofrecer su mejor juego en la recta final de su carrera. Su fichaje por Manresa, equipo acostumbrado a pelear por la permanencia, supuso un plus decisivo para competir contra las plantillas más relevantes. Su llegada en la temporada 93-94, cubriendo el puesto que había dejado dejó libre su hermano mayor Jordi, convirtió al club del Bages en un inesperado competidor por gloria y títulos en el baloncesto nacional.

Chichi Creus era un prodigio de rentabilidad. Más allá de amplísima experiencia, Joan era un base que anotaba con facilidad, sagaz para atrapar los rebotes largos, dirigía con sabiduría y acierto y controlaba el tempo del partido sin perder balones. Un cerebro en el puesto de base. Como aficionado de Unicaja recuerdo perfectamente dos increíbles proezas que realizó el gran Creus en 1996. En el mes de febrero conquistó un épico título en la Copa del Rey en Murcia donde, pese a la frustrante eliminación en cuartos del conjunto malagueño, pudimos disfrutar con la exhibición de Joan en la final ante el todopoderoso Barça. Creus levantó el trofeo de campeón y se llevó un más que merecido premio al mejor jugador del torneo.

Si desilusionante fue la eliminación cajista en la Copa del Rey, más dura fue la derrota cosechada en Ciudad Jardín el mes de mayo. Llegamos a los playoff como favoritos y factor cancha a favor, pero el equipo manresano nos borró de la cancha en un tercer partido agónico en el que se lesionó nuestro baluarte exterior (Serguei «Zar de Zares» Babkov). Chichi hizo historia una vez más y condujo al TDK a su primera semifinal liguera.

Dos años después, Joan Creus alcanzó su cénit como jugador. Toda la España baloncestística recuerda su liderazgo para la consecución del más sorprendente título de liga jamás alcanzado. El TDK Manresa superó todos los obstáculos imaginables para ganar la ACB en la temporada 97-98 teniendo como compañero a Chus Lázaro (quien sería posteriormente campeón con el Unicaja de Scariolo) como lugarteniente del Mariscal Creus, el gran Chichi.