Seis victorias y cinco derrotas en 11 jornadas. Son los números de Unicaja. Octavo y noveno, por ese orden, en la Liga Endesa. O sea que, a día de hoy, los insulares se quedarían fuera de la Copa del Rey de Las Palmas. Y eso mismo es lo que hoy pone en juego el equipo malagueño. Su octavo puesto. Un billete para la competición del KO que se celebrará en febrero.

El que gane o pierda aún tendrá más oportunidades para opositar a esa valiosa plaza. Pero habrá allanado muchísimo su camino hacia la cita copera. Porque el triunfo hoy en tierras laguneras es oro puro. Y lo saben bien tanto Iberostar como Unicaja.

El equipo malagueño no ha tenido apenas tiempo ni para entrenarse. Con el subidón vivido este jueves al ganar al Khimki ruso en Euroliga, el plantel de Joan Plaza estiró músculos, lanzó a canasta en el Carpena y viajó en avión a Santa Cruz para jugar esta misma tarde en una pista durísima (19.00 horas). Ya sabe lo que es ganar allí. De hecho, Iberostar y Unicaja están cansados de verse las caras. Los dos se midieron en los play off de cuartos de final del pasado curso en la Liga Endesa, con triunfo verde (2-1). Pero los amarillos son un rival duro, pegajoso, que darán batalla y que, además, están repleto de viejos conocidos.

Al excapitán verde, Fran Vázquez, se ha unido el griego Kostas Vasileiadis. Llegó a la Isla en sustitución de Adin Vrabac y su primera cita fue contra el Barcelona, donde cuajó una buena actuación. Ahora otra cita de mucha exigencia ante el Unicaja. Y él tendrá ganas de demostrar que sigue a un buen nivel y que tenía un sitio en el equipo malagueño.

El Unicaja viajó con Carlos Suárez dentro de la expedición, aunque si juega o no se decidirá a última hora, antes de arrancar el choque. En la noche de fiesta vivida en el Martín Carpenala única pega fue la lesión de Suárez, que había pasado inadvertida pero que le obligó a tener que llevar un collarín. El madrileño sufrió, en un lance del juego con Shermadini, un golpe con un jugador del equipo ruso. Sin embargo, no hubo ningún gesto llamativo. Suárez se pasó la segunda parte en el banquillo, con un buen trabajo de Brooks en pista. El madrileño sólo jugó 8:24 minutos, tiempo en el que anotó un triple, cogió un rebote, dio dos asistencias y firmó seis puntos de valoración.

Suárez, sin embargo, se marchó a casa con un fuerte golpe en la zona de las cervicales. El Unicaja informó ayer viernes de que Suárez sufre una contractura cervical. «Se encuentra mejor aunque no del todo recuperado por lo que va a viajar a Tenerife con el equipo y se decidirá si puede participar en el encuentro ante el Iberostar», explicó el Unicaja en una nota.

Suárez está en la expedición, pero será Plaza, junto al jugador y los servicios médicos, los que decidan qué pasa con el capitán. El entrenador sí que podrá contar con Dragan Milosavljevic, ya en Málaga. El serbio regresó el jueves por la mañana a la Costa del Sol tras renovar su permiso de trabajo, pero Plaza ni siquiera le vistió de corto, ya que no se había entrenado ningún día de esta semana. Seguro que Milosavljevic, fresco de piernas, tiene hoy minutos.

Si Plaza tiene la duda de Suárez, en el otro banquillo, el griego Fotis Katsikaris también tiene un serio contratiempo. El polaco Ponitka, con esguince de rodilla, y Rodrigo San Miguel, con un pinzamiento en las cervicales, están entre algodones. Especialmente el alero, que está siendo una de las grandes atracciones de la ACB en esta temporada. Ponitka promedia 21,5 de valoración. Es el segundo de toda la ACB. Un peligro.

Los insulares llegan con más descanso, ya que jugaron en casa el miércoles, por cierto con derrota ante el Venstpils (65-71). Pero también con el subidón de haber ganado tres días antes en la pista del Barcelona Lassa. Se avecina un partidazo. Iberostar-Unicaja. Con la Copa del Rey en juego.