Los buenos aficionados canarios seguro que tienen entre sus jugadores favoritos a la dupla que hoy protagoniza esta Memoria. Desde que la apertura de fronteras, la generalización de los contratos temporales y la introducción de los cupos de formación, la estabilidad ha dejado de ser la seña de identificación del baloncesto nacional. Por eso, la pareja compuesta por un senegalés (Savané) y un norteamericano de origen irlandés (Moran) supone un caso excepcional en la vorágine del baloncesto actual. Dos compañeros que hicieron carrera juntos, luchando codo con codo, con el objetivo de hacer crecer al conjunto «pío-pío».

Sitapha Savané puede considerarse una «rara avis» dentro el deporte profesional. Sus padres, implicados en movimientos sociales y con formación diplomática, antepusieron los estudios de su hijo al deporte de la canasta. El joven Sitapha consiguió una beca para estudiar en los EEUU gracias a la intercesión del mismísimo ex presidente Jimmy Carter, amigo de su madre. Su etapa formativa (en la exigente y castrense Navy University) fue muy relevante, llegando a recibir una carta de felicitación del propio Bill Clinton.

Acabada su etapa americana, Savané puso rumbo a España, donde ha desarrollado toda su carrera profesional construyendo una longeva carrera desde LEB Oro (en Menorca y Tenerife) hasta clubes de gran solera (como Joventut o Estudiantes) en sus últimas temporadas. Savané, un pívot solvente, eficaz y con gran potencia, colgó las botas el pasado verano rondando la frontera de los 40 años.

Que un jugador interior resista los continuos envites y mamporros que se reparten en las zonas habla muy bien de su condiciones físicas y mentales. En los últimos años, Sitapha se ha convertido en una especie de «gurú y activista» político. No hay entrevista en la que no proporcione grandes titulares a raíz de sus ideas y planteamientos políticos.

Su colega Jim Moran es el prototipo de jugador de equipo que todo entrenador quiere y ansía. Intenso, con talento, buena mano y gran defensor, el exterior irlandés ofreció un buen y constante rendimiento a lo largo de todos los años que pasó en las filas. Moran asumió el rol de complemento al anotador (Jay Larrañaga, Carl English o Jaycee Carroll) que cada temporada recalaba en las filas amarillas.

Además, nos encontramos con un caso único en la historia de la ACB. Tras concluir su periplo universitario, Moran desarrolló íntegramente su carrera profesional en las filas del club canario. Una década después, Jim se convirtió en el líder de la historia del club en encuentros, minutos, triples y robos de balón, algo que supieron agradecerle en marzo del 2014 retirando su camiseta con el número 20 en un emotivo acto.

Esta temporada, «Taph» Savané ha sido el fichaje estrella dentro del equipo de colaboradores de la cadena que retransmite la ACB, después de superar topes históricos en las canchas españolas y colgar las botas el pasado verano en las filas del Estudiantes. Mientras tanto, su compadre Moran sigue haciendo carrera dentro del cuerpo técnico de los Portland Trail Blazers en la NBA.

Compañeros que seguramente fueron muy felices tras la histórica victoria en la Fonteta que supuso la primera clasificación canaria a la Euroliga. Dos tipos muy diferentes que marcaron el rumbo que ha seguido el CB Gran Canaria hasta codearse con la élite del baloncesto español y continental.

@OrientaGaona