Base, tirador y pívot. Los equipos se han construido tradicionalmente bajo esta estructura. Un base que dirija el juego, un escolta resolutivo y un pívot que domine. A partir de este armazón de tres piezas (principalmente un base y un pívot) se perfilan las plantillas, con jugadores que vayan ampliando el registro y que le den un punto de lectura, otro puntito de físico, mucho atleticismo y otros que sigan complementando y sumando. Claro que los cánones cambian. Desde hace ya un tiempo, la figura del ala-pívot ha ido ganando valor y consistencia dentro de los equipos. El típico «cuatro» se ha ido alejando del aro. De jugar en el poste medio ha pasado a hacerlo en la línea de tres puntos. Aunque sin dejar de ayudar en el rebote.

El Unicaja está sufriendo en sus propias carnes la ausencia de un ala-pívot de máximas garantías. Porque, para colmo, esos famosos intangibles que no se fichan en el mercado y que se van creando y pertenecen a cada jugador, los encarna el dueño de esa posición: Carlos Suárez. El capitán verde es añorado y deseado a partes iguales. Su dureza en el juego, su carácter y su entrega son factores que se echan en falta en otros muchos compañeros del plantel. Y, para colmo, su ausencia en ese puesto tan específico no está siendo cubierta por su compañero de puesto, Kyle Wiltjer.

El ala-pívot madrileño se lesionó el pasado 19 de diciembre en el encuentro que cerraba la Fase Regular de la Eurocup contra el Fiat Turín italiano. El jugador sufrió una rotura muscular en el gemelo derecho y, aunque el club nunca habló de plazos de recuperación exactos, se trazó un plan para que Suárez estuviera jugando menos de un mes después de su lesión, en casa ante el Limoges francés, cerrando la primera vuelta del Top 16. Pero el tiempo sigue pasando, el jugador sufrió un contratiempo en su recuperación y hace unos días ni el propio Luis Casimiro se atrevió a dar una fecha para calibrar su vuelta. Muy al contrario, el coach habló del parón de las «Ventanas FIBA», ¡¡¡después de la Copa del Rey!!!, para recuperarle plenamente.

Su recambio no se encuentra en el mercado, aunque cada día queda más claro que los verdes necesitan una ayuda en el poste bajo. Con tres pívots natos (Shermadini, Lessort y Viny), hace tiempo que quedó de manifiesto el error grave en la planificación, al no tener un «cuatro y medio». El mercado para la Eurocup se cerró y en la ACB, el nuevo convenio amplió el plazo para hacer transacciones entre clubes de la Liga del 31 de enero (ayer) hasta el 28 de febrero. Cupos hay... Ahí está el caso de Augusto Lima, que llegó a Burgos hace unas semanas.

Lo cierto es que la vida sin un ala-pívot está siendo una calamidad. A Casimiro no le quedan ya muchas más argucias que inventarse. Wiltjer lleva unas semanas sin acierto en el tiro de tres cuando hay que meterlas, y mantiene su alergia a la defensa, al rebote y a fajarse en la zona. Apenas siete minutos jugó contra Valencia, en los que la dureza de Aaron Doornekamp le sacaron de la pista. El americano se marchó sin intentar un solo triple y con 0/3 de dos.

Casimiro apostó por el músculo, con minutos para Mathias Lessort, que siempre cumple. El francés se merendó a Will Thomas a base de físico y ganas. Pero el galo no tiene ese lanzamiento exterior tan necesario en los «cuatro» modernos, y Valencia colapsó la zona. Cuando sucedió, Dani Díez fue la apuesta para ese agujero. Al madrileño no se le puede reprochar nada, porque ha sido de los que han dado un paso al frente en este tiempo de nubarrones. Pero, curiosamente, ante Valencia no se dedicó a abrir la pista (sin triples en 10 minutos). Errores de conceptos lógicos en un jugador fuera de su posición. Son los problemas de jugar sin «cuatro» durante casi un mes y medio. Y lo que falta todavía... Suárez, en el mejor de los casos, estará para la Copa del Rey. Pero claro, jugará ante el Iberostar tras dos meses sin haber participado en un encuentro oficial.