Francis Alonso ya descansa en Málaga después de volver de Estados Unidos el pasado lunes. El Unicaja anunció el viernes su fichaje por dos temporadas, con opción a una tercera, y también su cesión al Montakit Fuenlabrada, equipo con el que debutará a partir de este próximo mes de septiembre en la Liga Endesa.

El nuevo jugador cajista atendió ayer a La Opinión de Málaga solo unas horas después de confirmarse su fichaje por el cuadro de Los Guindos. Está feliz por su vuelta a España, ilusionado con el reto que tiene por delante con el equipo madrileño, pero sin perder de vista su deseo de jugar muy pronto en el primer equipo del Unicaja.

¿Se imaginaba hace cinco veranos, cuando cogió las maletas y el avión y se fue a estudiar a Estados Unidos, que volvería como un reputado jugador universitario y con media Liga Endesa suspirando por conseguir su cesión?

Se hace difícil de creer después de estos cinco años en los que ha habido cosas buenas y cosas menos buenas. Estoy todavía en shock y con muchas ganas de seguir trabajando y no cambiar la mentalidad. Soy un afortunado y quiero seguir disfrutando de este deporte como he hecho estos últimos cinco años.

¿En qué ha cambiado el Francis Alonso que se fue en 2014 del Francis Alonso que vuelve en este julio de 2019?

Personalmente, en muchas cosas. Soy mucho más maduro, estoy hecho un hombre. Los tres primeros años hay que buscarse las habichuelas allí, tomar tus propias responsabilidades. Es otra lengua, otros amigos, otra vida... Hay que adaptarse. De toda esa experiencia, que al principio fue dura, al final se saca de ella lo más positivo, lo que en los próximos años me va ayudar. He cambiado en muchos aspectos, valoro muchas cosas que si me hubiera quedado en España no valoraría. Y a nivel deportivo, sobre todo valoro el trabajo, lo que he aprendido en EEUU. La importancia de la ética de trabajo en el día a día que hay allí. Si haces las cosas bien y muestras respeto, el resultado siempre sale.

¿Por qué el baloncesto universitario genera tanta pasión y es capaz de llenar canchas de más de 20.000 aficionados en Estados Unidos?

Es muy difícil entenderlo desde otro país. La dinámica y la estructura es muy diferente. Cada estado y cada ciudad tiene más de una universidad. Hay alumnos, antiguos alumnos y gente en cada lugar que se identifican mucho con la universidad de su localidad y aportan dinero como donativos para mantener las becas a nuevos jugadores. Eso es una identificación con la universidad. Es un lujo ir andando por la calle y que mucha gente te identifique y que te diga que te siguen y que siguen a la universidad. Eso nunca va a pasar en España o en Europa porque la dinámica y la estructura es diferente. Las familias llenan los pabellones porque es una tradición, sus casas están llenas de cuadros, fotos, decoraciones de la universidad en la que estudiaron los abuelos, padres, hijos... Es como una tradición familiar el seguir relacionado con tu universidad.

Ha tenido ya varios contactos con franquicias de la NBA, que le han seguido estas últimas semanas en entrenamientos privados. ¿Debutar en la mejor liga de baloncesto del mundo es un deseo pendiente?

Cualquier jugador de baloncesto te dirá que es un deseo que tiene. Es la mejor liga del mundo y aspirar a lo mejor es una motivación. Trabajo para ser el mejor todos los días. ¿Por qué no aspirar al objetivo mayor? Tampoco estoy ahora mismo poniendo todos mis deseos en llegar ahí. Sé que esto es un proceso y ser profesional de baloncesto es muy difícil y mantenerse es todavía más complicado. Ahora estoy muy ilusionado con el Fuenlabrada y con empezar a trabajar y demostrar quién soy. Y a partir de ahí, ir pasito a pasito.

Cuando se fue a estudiar, el Unicaja tuvo la feliz idea de guardarse sus derechos para el día de su regreso a España. ¿Qué relación ha tenido con los dirigentes cajistas durante todos estos años y en especial, esta última campaña?

Ellos cada año han firmado las cláusulas para mantener mis derechos. Sé que me han seguido, sobre todo Manolo Rubia, que siempre intenta tener un conocimiento global de baloncesto y hemos estado en contacto casi todos los meses. Me ha ido a ver a Greeensboro. Él ha sido el representante del Unicaja que más pendiente ha estado de mí. También fue Carlos Jiménez a verme esta última temporada. Eso lo aprecias mucho estando allí, el hecho de que te sigan y estén atentos a ti te da mucha fuerza.

Su padre ha sido entrenador del Unicaja, asistente en la etapa de Bozidar Maljkovic, consejero... ¿Le da muchos consejos?

Siempre. Me considero un afortunado teniendo a mi padre en casa. Es el que más entiende de baloncesto. Hay muchos jugadores ACB y NBA que han trabajado con él. Muchos de ellos han querido seguir trabajando con él, a pesar de saber sus circunstancias, que está en Málaga y que no se puede mover. Yo lo tengo en casa y me siento muy afortunado. Me ha dado muchos consejos en lo deportivo y en lo personal. Y no solo él, ahora también los tengo con mi hermano Carlos. Tengo dos entrenadores en casa.

¿Es consciente en la ilusión que hay en la afición del Unicaja porque usted forme parte del primer equipo en un futuro próximo?

Soy consciente y lo he visto en los periódicos y en las redes sociales. El hecho de que toda la afición de Málaga me haya mostrado tanto cariño en mi etapa en EEUU es muy reconfortante. Es difícil saber lo que uno valora eso hasta que está fuera de su entorno habitual. Recibir este tipo de cariño cuando estás fuera es muy importante. Sé que la afición del Unicaja es muy fiel y que siempre están ahí. Que esa afición haya estado atenta a un chaval que está en la otra punta del mundo dice mucho de ellos. Sé que han estado apoyándome muchísimo. Intentaré algún día darles todo lo que ellos se merecen.

En las redes sociales muchos aficionados han manifestado su deseo de que Francis Alonso no fuese cedido este verano y se quedara en el Unicaja. ¿A usted le gustaría también haber tenido la misma oportunidad que Rubén Guerrero o prefiere una cesión para adaptarse a la Liga Endesa?

Entran muchos factores. Pensándolo así, como tú dices, queda el sentimiento de que Rubén es un jugador como yo, que también estuvo en la cantera antes de ir a EEUU, y él sí está, pero mi situación ha sido un poco diferente. Siempre he tenido el deseo de jugar en el Unicaja. Volver ahora y tener la oportunidad el primer año es verdad que estaba en mi mente, pero al mismo tiempo hay que pensar un poco con la cabeza y esta decisión es buena para mi futuro y para el Unicaja. A fin de cuentas lo que quiero es cuando venga estar al cien por cien y dar lo mejor de mí. Salir a la pista y dar todo lo bueno que pueda aportar. Lo veo una decisión muy buena para que pueda crecer como jugador y volver en buenas condiciones.

El club cajista mostró el otro día un vídeo en el que usted y Luis Casimiro se saludaban en el pabellón de Los Guindos. ¿Qué le dijo el coach verde?

Me dio la bienvenida, sabía que había estado los últimos meses de un lado para otro en EEUU. Me dijo que me había seguido, que se alegraba de verme y que sabía todo el respaldo que tengo de la afición. Que había seguido mi progresión y que ojalá me vaya bien este año para volver después a «casa».

Tenía varios destinos donde elegir. ¿Por qué el Montakit Fuenlabrada?

Fue una decisión colectiva de mi agente, familia y equipo. Varias razones son las que influyeron: entrenador, ideología, valores del equipo... Una de las más importantes es el entrenador. Estuve con Jota Cuspinera en la sub 18. Ese año me dio mucha confianza y aprendí muchas cosas con él. Tuvimos una conversación cuando yo estaba en Miami a punto de volver a España. Mostraron mucho interés. Cuando estuve en el workout que hice en Las Vegas estuve también con Ferrán López, el director deportivo del «Fuenla». Tuve allí también una conversación con él. Estuve mirando en qué cosas podría yo ayudar a este equipo. Y ahora, cuando tuvimos la llamada, fue muy fácil tomar la decisión.

Supongo que está al tanto de la plantilla que ha conformado el Unicaja para la próxima temporada y que ha generado muchas dudas entre los aficionados. ¿Qué le parece el nuevo equipo?

Con Unicaja siempre digo lo mismo. Es un equipo que siempre da lo mejor de sí. Las lesiones nos mataron el año pasado, pero es algo que no se puede controlar. La directiva es la que tiene el conocimiento para saber qué jugadores son los mejores para el equipo y creo que ellos y el entrenador son los que saben qué es lo mejor.

Por último, ¿base o escolta?

Las dos cosas. Este año he demostrado en EEUU que soy flexible. En verano en la U20 empecé jugando de escolta, pero demostré que podía hacerlo también de «1» y acabé jugando más de base. Volví a la Universidad y me movieron más al «2» por mi tiro exterior, pero jugando a veces de base. Creo que he demostrado que puedo dirigir y que puedo también anotar. Eso creo que es un beneficio para mí.