En pleno éxtasis del baloncesto español, tras la conquista en China del oro mundial por parte de la selección española dirigida por Sergio Scariolo, la realidad del básket nacional de la Liga Endesa choca frontalmente con los logros conseguidos, no solo por el equipo nacional absoluto, sino también por las distintas selecciones de categorías inferiores, que este verano han sumado un oro en el Europeo Sub 16, un oro en el Europeo Sub 18 y una plata en el Europeo sub 20.

Y es que mientras el mundo entero mira con admiración hacia el baloncesto español (profesional y de cantera), la realidad de la Liga Endesa que está a punto de arrancar es que solo contará con un total de 63 jugadores nacidos en España de los 216 que forman las plantillas de los 18 equipos participantes. En otras palabras, que en esta inminente temporada habrá un paupérrimo 29,1% de jugadores españoles en la Liga. Un porcentaje ridículo si tenemos en cuenta el poderío absoluto mostrado por el baloncesto español este mismo verano en los tres Campeonatos de Europa (sub 16, sub 18 y sub 20) y el Mundial que la FIBA ha organizado durante los dos últimos meses.

El Iberostar Tenerife es, con 6 jugadores nacidos en España (Santi Yusta, Dani Díez), el equipo de la ACB con más fichas de nacionales. En el otro extremo de esta clasificación, están el Baskonia y el UCAM de Murcia, que solo tienen un español en sus plantillas. En el caso del equipo vasco es el vallisoletano Miguel González y en lo que se refiere a los murcianos, su jugador con ADN español es el madrileño Edu Durán.

La explicación de que haya equipos con una presencia de jugadores españoles testimonial en sus plantillas de 12 miembros, a pesar de que la ACB exige 4 licencias «nacionales» por equipo en su competición, se debe a que lo que realmente cuenta es que haya jugadores formados localmente (JFL). Es decir, que un jugador nacido en Montenegro (Nicola Mirotic), en Cabo Verde (Walter Tavares) o en Uruguay (Jayson Granger), por poner tres ejemplos, juegan la Liga como si fueran «españoles» porque se han formado en las canteras de equipos ACB, lo que les equipara «legalmente» a todos los efectos a los jugadores nacidos en territorio español.

Así, el Baskonia cuenta para sus cuatro fichas obligatorias de JFL con el citado Miguel González, el georgiano Tornike Shengelia, el senegalés Ilimane Diop (nacionalizado español) y el uruguayo Jayson Granger. En el caso del UCAM, son los brasileños Rafa Freire y Augusto Lima (formados en Los Guindos), además del rumano Emanuel Cate los que completan, junto a Durán, las cuatro licencias JFL.

La media de españoles en las plantillas de los equipos de esta inminente Liga Endesa es de «4». El Unicaja cumple a rajatabla con las obligaciones de la ACB y está en esa media. Sus cuatro españoles son Alberto Díaz, Jaime Fernández, Carlos Suárez y Rubén Guerrero. Además, el primer equipo verde cuenta con una ficha número 13, que también es para un español, el fuengiroleño Morgan Stilma.

Echando un vistazo a las plantillas ligueras de esta inminente temporada, hay cuestiones que llaman la atención. Que un equipo de cantera como el Joventut, con tradición de sacar muchos jugadores desde sus categorías inferiores, tenga 9 extranjeros en su plantilla, resulta curioso. Eso sí, los tres españoles son productos de su magnífica cantera: Joel Parra, Xabier López-Arostegui y Albert Ventura. Incluso el otro JFL del equipo, el macedonio Nenad Dimitrijevic, también está en Badalona desde edad cadete. O sea, que tiene 4 canteranos en sus filas.

Otra curiosidad es que en esta clasificación de españoles por equipo el Barça le gana 4-3 al Real Madrid. El «producto» nacional de los blaugranas lo forma Pau Ribas, Piere Oriola, Álex Abrines y Victor Claver. El «tridente» hispano merengue lo componen Sergio Llull, Rudy Fernández y Felipe Reyes.

También llama la atención la apuesta del Valencia Basket por los jugadores locales. Nada menos que cinco jugadores taronjas son de origen español esta próxima campaña: Quino Colom, Alberto Abalde, Guillem Vives, Fernando San Emeterio y Joan Sastre. Una apuesta por los jugadores nacionales que no es nueva en estas últimas temporadas en el club valenciano y que, por cierto, no le ha ido nada mal si vemos sus resultados de los últimos años.