Con autoridad, sin sufrir, con una defensa sólida y con un acierto y una circulación de balón pocas veces vista esta temporada, así es como el Unicaja pasó por encima del Coosur Real Betis este sábado en un derbi para enmarcar. El irregular Unicaja de esta temporada, esta vez supo cómo jugar un partido que no era fácil a priori, pero que convirtió en un puro trámite.

Pareció tan fácil que alguno puede incluso quitarle valor, pero tiene mucho mérito la victoria cajista en Sevilla. El Coosur Real Betis de Curro Segura llegó a esta cita en su mejor momento de la temporada, San Pablo se llenó casi al completo y apretó, pero los verdes, con todo en contra, supieron dar una de sus mejores versiones del curso para sumar un triunfo que les devolverá este domingo, cuando acabe la jornada, a la zona noble de la tabla, entre los 8 mejores de la Liga.

Hace tiempo que el derbi andaluz no tiene el morbo de antes. Es verdad. Ha dejado de ser el derbi de las Cajas para ser solo el derbi del baloncesto andaluz. Y ahí ha perdido mucho pedigrí. No hay piques entre los clubes y, mucho menos, entre dos aficiones hermanadas. La lucha por objetivos distintos ayuda a ese «buenrollismo». Pero siendo todo esto verdad, lo cierto es que los Unicaja-Betis y los Betis-Unicaja son partidos «especiales» en los que parece que la victoria vale un poquito más que la de cualquier otro fin de semana.

En medio del debate abierto sobre la necesidad o no de acudir al mercado para hacer algún retoque en la plantille que mejore las prestaciones de los verdes, el equipo mostró esta vez menos fisuras, sobre todo en la dirección y el perímetro. Por dentro, habrá opiniones para todos los gustos. A mí me sigue faltando alguien que amenace en la pintura (pero solo es mi opinión).

La victoria en Sevilla, por muy importante que sea, tampoco sirve para sacar mucho pecho porque el problema de este equipo no ha sido tanto ganar partidos puntuales, como tener continuidad. Después de ganar en La Fonteta, se perdió consecutivamente en Oldenburg y ante el Estudiantes. Y después de ganar en el Palau, se perdió en Trento y contra el Tecnyconta Zaragoza, también consecutivamente. Por eso, lo de esta sábado en Sevilla está de lujo, pero a ver si es el principio de algo y no el final de nada. Ojalá.

El Unicaja entró bien en el partido desde el salto inicial. Más acertado que de costumbre desde la línea de 6,75, los verdes anunciaron al Coosur que esta vez tocaba la versión buena cajista (2-10). El rival se rehizo del primer arreón malagueño tras el oportuno tiempo muerto de Curro Segura, 12-12, pero los de Luis Casimiro cerraron el primer parcial con 3 de ventaja, 22-25.

El dominio cajista fue a más con el paso de los minutos. Sobre todo fue abrumador en los 3 últimos del primer tiempo. Brizuela asumió mucho protagonismo en ataque y el bocinazo del descanso mandó al vestuario a unos y otros con un fantástico 33-49 para los de Los Guindos. Bien en el tiro y autoritario en el rebote, solo las tres faltas personales de Adams y de Alberto Díaz oscurecían entonces algo el panorama, pensando en la segunda parte que estaba por venir.

La vuelta del intermedio no fue nada buena. Un parcial de 13-3 puso al rival a solo 6 puntos, 46-52. Otra vez Brizuela asumió su papel de killer y el Unicaja respondió con otro parcial 4-17 que puso a los verdes con 19 de ventaja, 50-69, dentro del último minuto del tercer cuarto.

El último cuarto arrancó con 53-71 y fue una cuenta atrás de minutos que tuvo como gran premio ver debutar en el primer equipo al canterano cordobés de Puente Genil, Ismael Tamba, que recibió su primer balón y se "cascó" un triple a tablero descomunal. El partido acabó con 66-88 y un fiestón apoteósico en la grada de una afición cajista que, por fin, tuvo 40 minutos para disfrutar de su equipo.