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Liga Endesa

Sí, el Unicaja podía ir a peor (93-82)

El conjunto malagueño maquilló en los últimos minutos otro partido lamentable en el que no tuvo ninguna opción de victoria ante el Casademont Zaragoza en la pista maña

Severa derrota del Unicaja en la pista del Casademont ZaragozaEFE / ACBMedia

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Da la sensación de que este Unicaja no tiene ningún tipo de remedio. O al menos eso es lo que transmite el equipo en cada partido de Liga Endesa. Ya no solo por perder, sino por las formas. Pocas ideas ofensivas, lagunas en ataque y jugadores cabizbajos y superados cada vez que las cosas se complican. Ni Kravic, ni Mooney... ni nadie. Con esta actitud en pista será imposible que el equipo verde pueda pelear por nada, ni siquiera por entrar en el play off por el título de la ACB.

Un cuarto duró con el partido igualado el cuadro cajista, a partir de ahí siempre a remolque y con diferencias por encima de los 10 puntos. En ningún momento tuvo un arreón o ataque de coraje que hiciera pensar que la victoria era posible. Al problema de juego, hay que añadirle el anímico, esta plantilla está muy tocada.

El partido comenzó con dos tiros libres convertidos del excajista Deon Thompson. Y lo igualaba de la misma forma el ex del Zaragoza Jonathan Barreiro (2-2). El conjunto malagueño intentó jugar más en el interior con Dejan Kravic en los primeros compases, pero la naturaleza de este equipo le lleva poco a poco a abusar de los lanzamientos lejanos al aro. El primer cuarto se desarrolló igualado, con intercambio de golpes, hasta que en los últimos minutos comenzaron a hacer acto de presencia las pérdidas absurdas que llevan lastrando a los de verde durante toda la temporada. Los tiros empezaban a no entrar, las ideas en ataque se acababan y eso lo aprovechó el conjunto aragonés para coger cinco de ventaja al término de los primeros 10 minutos (26-21). El gigante Hlinason empezó a hacer daño en el rebote ofensivo.

Lejos de mejorar, el panorama no pudo ir a peor en el segundo cuarto. El ataque del Unicaja estaba cada vez más atascado, no consiguió ver aro en más de dos minutos tras la reanudación. Y eso posibilitó a los de Ponsarnau situarse 10 arriba (31-21). Entre el final del primero y el inicio del segundo, el parcial era de 10-0. ¡Cómo no!, tuvo que venir Alberto Díaz para cortar la sangría con un triple (31-24). Y para colmo cajista, eran Waczynski y un resucitado Deon Thompson los que lideraban a los maños en estos momentos. A mediados del segundo cuarto, el nacionalizado costamarfileño sumaba ya nueve puntos y había conseguido provocar varias faltas bajo el aro. Un 2+1 suyo colocaba el 40-29 en el electrónico. Era la máxima hasta el momento, pero no lo sería por mucho tiempo. El Unicaja empezó a tirar de su arma más recurrente para mantenerse vivo en el partido. Brizuela respondía a King Kong Waczynski (43-34), pero el intercambio de golpes ampliaba cada vez más la diferencia. Al descanso, tras una nueva empanada defensiva en la última jugada, +15 para los locales (53-38). Los de Katsikaris tenían dos cuartos por delante para evitar otro desastre absoluto.

La reacción cajista debía ser inmediata. Tras una canasta de Yusta para abrir el segundo tiempo, parcial de 0-7 de los de Katsikaris que dejaba la distancia en 10 (55-45). Thompson -15 puntos ya- rompía la sequía zaragozana (57-45). Un triple de Bone dejaba las cosas como al principio del cuarto (60-45). El Unicaja se encomendaba a los triples de Brizuela para mantenerse en partido. La ventaja local volvía 10 y Ponsarnau paró el partido de inmediato (63-53). Sirvió el minuto de parón al Casademont. Otra desconexión absoluta del Unicaja, que veía como Waczynski disparaba la diferencia hasta los 17 puntos con un nuevo triple. La máxima. Tiempo muerto ahora de Katsikaris (72-55). Y si ya estaba complicada la cosa, el polaco se encargó de terminar de reventar el choque con un triple a tabla sobre la bocina del cuarto (79-60).

El partido no estaba cuesta arriba, estaba directamente imposible. Cada jugador empezó a hacer la guerra por cuenta en ataque y la defensa cada vez dejaba más que desear. El descalabro apuntaba ya a ser estrepitoso. 5-0 de salida y ¡-24! ya para el Unicaja (84-60). La vergüenza era tal que si el partido duraba más podía peligrar hasta el average particular... que era de +40 tras el partido en el Carpena. Aunque parece que va a importar poco eso para el Unicaja esta temporada. El último cuarto ya tenía poco más que contar. Maquillaje final que no sirve ya para engañar a nadie (93-82).

El Unicaja es un equipo hundido, débil física y anímicamente, con muchas carencias en defensa y falta de sistemas en ataque. La temporada está empezando a ser insoportable. Si no hay un giro radical, al fracaso de no jugar la Copa se puede unir el de no estar en el play off. Hay tiempo, pero también hay poco a lo que agarrarse para creer. Se vienen días duros en Los Guindos, aunque el martes hay partido europeo en Ucrania.

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