No todos los días actúa en Estepona un cantante británico que ha despachado más de dos millones de copias de sus álbumes. Por eso el concierto de este sábado de Lemar es un pequeño gran acontecimiento en la localidad costasoleña.

Lemar Obika (londinense de padres nigerianos) pertenece a una generación de artistas nacidas al amparo de un talent show (en su caso, Fame Academy, en el que finalizó en tercer lugar). Una bendición y una maldición: la bendición de la popularidad inmediata; la maldición de la ausencia de respeto de buena parte de la crítica. Pero Lemar consiguió aunar las buenas cifras de ventas con unas reseñas más que positivas. Porque lo suyo venía de lejos: aunque tuvo que ganarse las habichuelas trabajando en un banco, en su adolescencia Lemar había hecho sus pinitos en los escenarios. La oportunidad le llegó en 2002 con la televisión, donde abrió la boca y los oídos de millones de telespectadores en dos momentos concretos: primero, con su versión de un clásico de Al Green, Let´s Stay Together, y, segundo, con su dueto con Lionel Richie del inmortal tema de The Commodores Easy. No ganó el reality pero sí un contrato (¡de 1 millón de libras por cinco discos! Aunque años después ha aclarado que él sólo vio 70.000 libras) con la todopoderosa Sony Music. Junto a ellos, y un impresionante arsenal de productores (Salaam Remi, Soulshock y Karlin, Jim Johnson, Jack Splash: los devoradores de créditos de discos habrán leído estos nombres en los libretos de discos de Amy Winehouse, Alicia Keys y Ms Dynamite, entre muchos otros) consiguió siete números 1 en el Reino Unido, 2 Premios Brit, 3 MOBO... Un acervo de distinciones nada habitual para una estrella de talent show, ídolos de usar y tirar.

Los años han pasado y Lemar ya no es carne de la cúspide de las listas de ventas (su último, y sexto, trabajo, The Letter, publicado en 2015, sólo pudo llegar al puesto 31 en el hit parade del Reino Unido). Pero, desde luego, no le va nada mal: este trabajo, con un repertorio dividido en versiones de clásicos soul y temas propios, fue grabado en el estudio donde Frank Sinatra registró My Way y Marvin Gaye pergeñó Let´s Get It On. Y bajo los mandos de Larry Klein, colaborador habitual de Joni Mitchell, por ejemplo. «Quería hacer un disco crudo, que mostrara la esencia de las canciones», ha declarado Lemar. De ahí su sonido atemporal, desnudo, sin artificios. Como, suponemos, sonará su voz en Estepona.