Los hermanos de Zamarrilla salieron a la calle con la esperanza de que la lluvia diera una tregua y los dejará realizar su estación de penitencia con normalidad a pesar de haberse mojado en las primeras calles. Sin embargo, el tiempo no mejoró y la lluvia continuó presente durante su discurrir por el recorrido oficial. Ante la incesante lluvia, la cofradía decidió recortar recorrido y volver a casa por el camino más corto. Tras coordinarse con el resto de hermandades para no entorpecer su recorrido, decidieron abandonar el recorrido oficial por el mercado de Atarazanas recorriendo plaza de Arriola, pasillo de Santa Isabel, puente de la Aurora y Mármoles hasta llegar a su casa de hermandad. La vuelta se realizó a un paso ligero con los enseres de más valor cubiertos con plásticos así como la imagen del Cristo de los Milagros y el manto de la Amargura Coronada.