­La FP ha dejado de ser esa enseñanza residual a la que accedían solo los estudiantes que no valían o que no podían hacer los antiguos BUP y COU. Ha ganado en prestigio y en época de bonanza económica, presumía de ser un puente de garantías hacia el mercado laboral, con elevadísimas tasas de inserción prácticamente en todas las familias profesionales. La crisis también ha hecho mella en estas enseñanzas. Y las reformas educativas han crispado el debate sobre su importancia. Hay que darle un empujón. Y la Junta quiere una FP que sea capaz de adaptarse al entorno productivo y a la empresa. Y defiende una FP «flexible y viva».

Son las palabras empleadas ayer por la consejera de Educación, Adelaida de la Calle, en el Parlamento andaluz, donde informó también de los cinco ejes fundamentales para construir una estructura de FP «sólida, eficaz, sostenible e integradora». Mejorar el prestigio social de la FP, adecuar su oferta formativa a las necesidades reales del mercado, colaborar con los agentes estratégicos y sectores productivos, desarrollar la internacionalización de la formación a través de los programas de movilidad e impulsar la innovación. De este modo, y a juicio de De la Calle, se logrará hacer de la FP «una herramienta fundamental que garantice el éxito académico y profesional de los jóvenes andaluces y sus posibilidades de encontrar un empleo», dijo De la Calle.

La consejera explicó que es necesario dar un giro a la FP andaluza para que aumente el número de técnicos intermedios competitivos y así incrementar la empleabilidad de los jóvenes, tal y como marca la Estrategia Europa 2020. «Estas enseñanzas deben tener identidad y reconocimiento por sí mismas y no ser consideradas como unos estudios de segundo nivel respecto a la formación universitaria», dijo. En todo caso, este puente también podría ser a la inversa, para que alumnos que han terminado sus grados universitarios puedan matricularse en un ciclo formativo.

Respecto a la adecuación y actualización de la oferta formativa, la consejera subrayó que es imprescindible diseñar un modelo de FP «vivo y flexible» capaz de adaptarse a los cambios socioeconómicos y a las distintas actividades económicas. «Un modelo que sirva como herramienta para una planificación de la oferta pegada al terreno, a las vocaciones y a los recursos limitados que tenemos».

Así, la consejera informó de que Educación incrementará la oferta de plazas de FP Inicial de mayor demanda, como son los ciclos relacionados con la Sanidad, los Servicios Socioculturales, Transportes y mantenimiento de vehículos y las Energías renovables. Además, se tendrá en cuenta la oferta que, según diferentes estudios, sería necesaria en Andalucía como las TIC y la Economía Digital, la Salud y el Bienestar Socia, la Agroindustria y Alimentación Saludable, entre otros. Para ello se optimizarán los recursos existentes y se implementará una oferta parcial de módulos profesionales.

La consejera recordó que este curso se han ofertado un total de 76.972 plazas de 2.671 ciclos formativos. En concreto, hay 39.120 plazas en 1.221 ciclos formativos de grado medio y 26.380 plazas en 862 ciclos formativos de grado superior.