­Los profesores interinos andaluces pueden ver cómo su situación laboral empeora. De hecho, así lo denuncian. El colectivo critica el inicio de negociaciones, en mesa sectorial, entre la Consejería de Educación y los representantes sindicales sobre la colocación provisional de efectivos. El ya conocido «concursillo», como le llaman, que según los interinos les deja en franca situación de vulnerabilidad, ya que favorecerá a los funcionarios de carrera con destino definitivo, que año tras año podrán acceder a todas las plazas que se oferten, algunas de las cuales quedan hoy restringidas solo a interinos (vacantes que no pertenecen a la plantilla orgánica de los centros, excedencias y comisiones de servicio).

Los interinos sostienen que esta medida «multiplicaría a nuestra ya inherente e inestable situación laboral la alta posibilidad de perder hasta el puesto de trabajo». El colectivo acusa a los sindicatos de «ponerse al lado del sol que más calienta». «En este momento toca apoyar a los funcionarios de carrera con la excusa de la conciliación laboral y familiar, cuando en realidad no es más que una compra de votos para el PSOE andaluz», denuncian los interinos en un documento dirigido a la Junta de Andalucía, junto a más de dos mil firmas, y al que ha tenido acceso este periódico.

Fuentes de la delegación territorial de Educación, sin embargo, insistieron ayer que en la actualidad «se está en proceso de negociación y no están determinadas las condiciones concretas en las que tendría lugar». En todo caso, según insistieron las fuentes, no está previsto que afecte al empleo, puesto que el número global de plazas vacantes a considerar sería el mismo, y lo único que se modificaría, en su caso, sería la prioridad para asignarlas.

Es, precisamente, lo que lamentan los interinos, que se sienten doblemente maltratados. «Nuestro derecho al trabajo, adquirido desde hace años por antigüedad, que es poder acceder a destinos que aunque cada año puedan variar, con el gasto que esto supone, nos permite al menos acceder al menos a un puesto de trabajo cercano a nuestras familias», indidcan en el texto.

Los interinos explican cómo se han resignado a vivir lejos de casa, fuera del núcleo familiar, «criando a hijos a los que solo veíamos los fines de semana»... Todo ello para poder contabilizar tiempo de servicio «que a la larga nos ayudaría a acercarnos a casa». «Todo el sacrificio realizado durante tantos años, por el amor a una labor totalmente vocacional, que ahora se va a ver recompensada perdiendo el único derecho adquirido para mejorar la situación laboral», insisten los interinos, que aseguran que tienen el mismo derecho a conciliar su vida familiar y laboral que los funcionarios, a pesar de que la movilidad es su gran talón de Aquiles. Por ello se sienten discriminados. «Los interinos trabajan las mismas horas», añaden en contra del «concursillo», que les perjudicaría.