La Junta de Andalucía reclamó ayer que la reducción del esfuerzo pesquero en el Mediterráneo asegure la rentabilidad de la flota. Así, recuerda que las medidas planteadas por la Unión Europea, que anteayer fueron expuestas en sede ministerial a portavoces como los representantes del sector pesquero malagueño, amenazan con acabar con barcos como los de arrastre.

La medida de reducir el número de días para faenar, a razón de un 10% anual incluido el presente ejercicio, choca con la «línea roja» que representan los 190 días.

Como ya alegaron los representantes de los 250 barcos que en Málaga se dedican al arrastre, el cerco y las artes menores, es inviable llegar a faenar en unos años 150 días, como plantea Bruselas.

Lo normal es que con las reducciones planteadas, «en dos años tengamos que abandonar la actividad por improductiva», adelantó el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Málaga, Miguel Ángel Carmona.

Ayer, el consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Rodrigo Sánchez Haro, solicitó como medida compensatoria al plan de la Unión Europea «que los días de pesca no utilizados se acumulen para el año siguiente» y también rechazó la imposición de un sistema de Totales Admisibles de Capturas (TAC) a través de actos delegados.

La Junta analizó la propuesta de reglamento de la Comisión Europea para la conservación del caladero y el propio Sánchez Haro manifestó que se «cruza la línea roja, con una disminución demasiado drástica y sustancial». Alegó que por este motivo no puede ser aceptada por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.

«Tenemos que establecer mecanismos que conduzcan a la recuperación de los recursos y nos acerquen a los rendimientos máximos sostenibles, pero siempre dentro del equilibrio económico y social», matizó.

Carmona, como portavoz pesquero, respaldó todas estas afirmaciones, «porque las mismas fueron consensuadas en el borrador de alegaciones que la Administración autonómica o los pescadores remitieron hace unas semanas, tras una reunión en la Subdelegación del Gobierno», explicó.

Sánchez Haro, que defiende que la limitación para 2018 ha de fijarse, al menos, en 210 días de pesca para las embarcaciones de arrastre andaluzas que faenan en el Mediterráneo, reclama que este tope «nunca ha de situarse en los años siguientes -en los que el Gobierno central pretende instaurar sucesivos descensos del 10% hasta 2020- por debajo de una media de 190 días, en la medida en que, a partir de esa cifra se empezaría a comprometer muy seriamente la viabilidad de la actividad debido al descenso de los ingresos anuales que ocasionaría al sector».

Para la Junta, en cada zona de gestión pesquera debe contemplarse un número mínimo de jornadas de faena a partir del cual no sea posible aplicar los porcentajes de reducción, acorde con la sostenibilidad de la especie, «pero también con la económica y social para evitar así unos efectos que podrían ser irreversibles para la flota», insistió el responsable autonómico en materia de pesca.

El sector, por su parte, a la espera de un nuevo borrador, piensa en posibles acciones reivindicativas.