A la última moda en delantales y gorros de cocina. Las abuelas y madres se esmeraron ayer para vestir a sus pequeños como auténticos maestros de los fogones en el casting del programa de televisión Master Chef Junior.

Algunos de los participantes quisieron sorprender con sus propios diseños y otros optaron por los elementos ecológicos para confeccionarlos, al fin y al cabo todos estaban estupendos e ilusionados esperando su turno.

El Centro Andaluz de Formación Integral de las Industrias del Ocio de Mijas (CIOMijas) fue el escenario elegido por la productora para hacer las diferentes pruebas. Entre ayer y hoy pasarán alrededor de 120 niños para demostrar sus habilidades culinarias.

En los últimos meses se ha disparado el interés de los menores por el mundo de la cocina, incluso algunos sueñan con ser el día de mañana grandes chefs reconocidos.

La directora de casting, Esther González, asegura que han recibido este año «un aluvión de solicitudes» y que el programa une a padres e hijos ante el televisor y fomenta la creatividad en familia.

En esta ocasión los niños que se están evaluando en Mijas son de Andalucía aunque también se encuentran otros pequeños que están en el sur de España de vacaciones.

Esta es la tercera prueba de selección tras la de Barcelona y Bilbao. Anterior a este paso el equipo de producción ya había seleccionado a este grupo de mini chefs de entre 8 y 12 años a través de las solicitudes remitidas a Madrid.

Pero no sólo los pequeños tenían ayer los nervios a flor de piel. Abuelos, padres, tíos y hermanos hacían cola junto a los aspirantes para ofrecerles el máximo apoyo y cariño.

«Esta es su ilusión y yo quiero que la cumpla. A mi hija le encanta desde pequeña meterse en la cocina conmigo y muchas de las recetas le salen mejor que a mí», apuntaba Mariló Fernández, madre de Julia, aspirante llegada de Cádiz.

Desde Santiago de Compostela está de vacaciones en Estepona la familia Barriuso Veleiro, que aprovechó la ocasión para que su pequeño Pablo cumpliese su sueño de participar en Master Chef Junior.

Una jornada intensa que se repite hoy en unas instalaciones dedicadas a la formación en el sector de la hostelería y que están en una difícil situación ante la falta de pago de la Junta de Andalucía.

Un casting divertido

Tres, dos, uno... ¡manos arriba! Así se terminan los veinte minutos que tienen los pequeños para emplatar una de sus obras, traídas especialmente para la ocasión. Las risas nerviosas y las miradas picaronas se alternan en esta primera fase donde la imaginación tiene mucho que ver.

«En esta primera cata una selección de expertos cocineros del programa valoran los resultados y aprecian mucho el sabor, la textura, el aroma y la manera de presentar la receta, además de cómo se desenvuelve el niño» apunta la directora de casting.

A los mejores se les da una cuchara como símbolo del programa y de haber superado esta fase y quedan citados por la tarde.

Es entonces cuando una caja misteriosa guarda un ingrediente sorpresa con el cual el pequeño tiene que elaborar una receta de manera improvisada.

Los seleccionados pasarán una entrevista personal y de ahí el equipo del programa elige a los participantes finales. Un cúmulo de ilusiones en una jornada emocionante.