El nuevo Espacio Europeo de Enseñanza Superior (EEES) pretende velar por la calidad de la educación que se imparte en la Universidad y, para ello, exige un mayor esfuerzo docente, dado que los grupos son más reducidos. La situación se complica, y así lo admite la propia UMA, cuando hay que atender también a los alumnos que estaban estudiando el sistema antiguo y han solicitado adaptarse al nuevo, creando problemas de espacio y masificación en algunos centros.

Un total de 1.285 estudiantes, la gran mayoría de segundo curso que han suspendido casi todas las asignaturas en las que se habían matriculado en primero, han optado por adaptar su currículum al nuevo sistema. Esto supone el 8% aproximado de los universitarios de primero y segundo en toda la UMA y el 4% de la población estudiantil total.

Sólo en la Facultad de Derecho han sido 200, según los datos facilitados por el Vicerrectorado de Estudiantes de la institución académica, que hay que sumar a los 447 que han entrado como alumnos de nuevo ingreso.

Al haber más estudiantes que los previstos inicialmente, la división en grupos más pequeños se hace aún más difícil.

La adaptación curricular al nuevo plan Bolonia hay que ligarlo a las carreras con mayor fracaso académico, a juicio de los expertos consultados por este periódico. Ahí están los datos. Derecho es la que tiene un mayor impacto, con las 200 adaptaciones curriculares realizadas. Le sigue, según el Vicerrectorado de Estudiantes, Ingeniería Tecnológica Industrial, con 113 adaptaciones; GADE (antigua Licenciatura en Administración y Dirección de Empresas) con 104; Económicas con 93 y Marketing con 82.

El efecto negativo es la tensión añadida en determinadas titulaciones por la gran demanda social y el incremento del número de alumnos. Pero en el Vicerrectorado de Estudiantes también señalan un aspecto positivo: el interés de estos alumnos por aprovechar la implantación de los nuevos títulos de grado para convalidar sus estudios con los nuevos, ya que en el futuro se garantizan así el reconocimiento del nivel académico ante las administraciones públicas, sobre todo en el caso de algunas diplomaturas, como las de Ciencias de la Salud, aunque en la UMA insisten en que la capacitación profesional de los diplomados por el antiguo sistema está garantizada.