El exalcalde de Marbella Julián Muñoz volvió a culpar ayer a su antecesor en el cargo, Jesús Gil, fallecido en 2004, de haber negociado y concedido una licencia urbanística supuestamente ilegal en 1998 que dio lugar a la construcción de 126 viviendas en una zona calificada como parque jardín público. Se trata del juicio por el caso Moansa, que se celebró en la Sección Novena de la Audiencia.

Los siete acusados, todos ellos miembros de las dos comisiones de gobierno del Consistorio que otorgaron el permiso y aprobaron el proyecto de ejecución, se mostraron conformes con la petición fiscal de un año de cárcel y 10 de inhabilitación; Juan Antonio Yagüe Reyes se conformó con 15 meses de prisión, una pena superior porque estuvo fugado. Pero el que a priori debía ser un proceso tranquilo para los acusados, se envenenó especialmente para Julián Muñoz, pues la acusación particular le pide, además, otros cuatro años por malversación de caudales públicos o dos, en su defecto, por fraude.

Esta acusación se sustenta en el hecho de que la construcción ocupó la calle Pozo, un vial público, que se transmitió a la promotora «por el ridículo precio de 13,83 millones de pesetas». Una suma, según la acusación particular, que ni siquiera pagó la constructora, puesto que el Consistorio recibió un pequeño apartamento. El valor real del terreno asciende a 1,81 millones de euros, dice la parte.

El caso es que si Muñoz es condenado a esos cuatro años de cárcel correrá un serio riesgo de volver a la cárcel, toda vez que ya fue sentenciado en Minutas a siete años y medio; espera la sentencia de Malaya, y es enjuiciado por el caso Pantoja. Sus compañeros de banquillo se beneficiaron del pacto con la Fiscalía.

El Ayuntamiento también modificó sus conclusiones y se sumó a las tesis de la acusación particular, aunque ésta reclama que el primero sea condenado como responsable civil subsidiario, por las supuestas coacciones de Jesús Gil al vecino que se negó a darle al Consistorio su parcela, siempre según el escrito de este letrado, que habla en el mismo de «prácticas mafiosas».

Muñoz volvió a culpar a Jesús Gil. «Han pasado 15 años, tengo recuerdos confusos, pero la licencia es consecuencia de lo que dictaron el pleno y Gil, dar licencias en base al plan del 98», precisó.

«Yo he estado firmando, para mi desgracia, todo en el Ayuntamiento desde que Jesús Gil y Pedro Román dejaron de hacerlo; en los procedimientos en los que estoy es siempre por lo mismo», dijo. En cuanto a los convenios que sustentaron la operación, el exregidor abundó en su idea: «Yo no he negociado nada, yo era teniente de alcalde de Nueva Andalucía, no estaba en el Ayuntamiento», indicó. Antes había reconocido que firmó la permuta sin leerla.