Fue un crimen que estremeció a toda la sociedad malagueña pero que causar especiales estupor e indignación en el barrio de la Luz. Miguel Ángel G. está acusado de apuñalar y asfixiar a su exnovia, Estefanía Torres, y ahogar a su hijo AarónEstefanía TorresAarón, de sólo cinco años, el 22 de septiembre de 2013. Luego, permaneció en el piso entre los cadáveres hasta que al día siguiente el padre de la fallecida entró por la ventana de la casa y fue agredido por el acusado. También pegó a la madre de la víctima, pero pudo huir y su detención se produjo en un control de la Guardia Civil. El juicio a este hombre se inicia hoy, a partir de las diez de la mañana, en medio de grandes medidas de seguridad.

La tensión entre los vecinos y Miguel Ángel viene de lejos. No en vano, cuando se reconstruyó el crimen en la mañana del 13 de febrero de 2014, con fuerte presencia policial, el agresor se enfrentó a más de cien personas que se habían dado cita junto al escenario del asesinato para increparlo. Algunos de ellos intentó saltarse el cordón de seguridad para agredirle. Eso sí, antes el encausado les escupió e insultó, provocándolos. La policía tuvo que emplearse a fondo para contener a los concentrados.

La Fiscalía de Violencia de Género de Málaga ha efectuado un minucioso escrito de acusación contra Miguel Ángel, para el que pide 51 años de prisión por dos delitos de asesinato, uno de coacciones, malos tratos habituales, cuatro ilícito de lesiones y uno de atentado contra agentes de la autoridad. Asimismo, en indemnizaciones se solicitan más de 400.000 euros.

Según el escrito de acusación, el procesado comprende y conoce el alcance de sus actos, tal y como dictaminaron los técnicos de la Unidad de Valoración Integral de Violencia de Género (UVIVG) del Instituto de Medicina Legal. «Es una persona que posee inestabilidad emocional con baja tolerancia a la frustración, desánimo, ansiedad e irritabilidad con impulsividad y déficit de control de respuestas emocionales», lo que potencia sus conductas «inmaduras, egocéntricas, irresponsables e impulsivas».

Una relación conflictiva. Dice la fiscal que estuvo siete años con Estefanía Torres, una relación que se inició en 2006. Desde mediados de 2013, la pareja tuvo varios intentos de ruptura y reconciliación que el acusado «vivenciaba con ira», algo habitual también durante la convivencia. Durante la ruptura se agudizó el control y acoso telefónico a la mujer, coartando «su libertad de decisión y movilidad».

La situación se volvió más tensa a partir de julio de 2013, de forma que el propio procesado le explicó a un amigo que estaba harto y que pensaba matar a Estefanía. El 14 de septiembre le envió varios mensajes en los manifestaba: «Estefani se libra por mi Aarón»; o: «Es que si no fuera por Aarón la mato»; o: «Soy capaz de quemar hasta la casa, te lo juro que soy capaz».

En la noche del 22 de septiembre de 2013, entre las once y las tres de la mañana, llegó a la casa de la calle Isaac Peral, ubicado en el rellano, en el corazón de La Luz. Así, comenzó a discutir con la mujer y le clavó un arma blanca en el oído izquierdo. Cuando ella cayó, dice la fiscal, la asfixió. En ese momento fue sorprendido por su hijo, que comenzó a llorar y a gritar, tras lo que también le ocasionó la muerte ahogándolo. Luego, los recostó en la cama «y yació» con ellos hasta bien entrado el día siguiente.

El padre de Estefanía estaba preocupado, así que accedió a la casa por la ventana y contempló, entre las 14.00 y las 14.30 horas, la escena. Despertó al acusado, dice la Fiscalía, quien al levantarse le dijo que iba a ser el tercero y le dio dos puñetazos.

Agresión a los padres. «Posteriormente, tiró de los pelos a la madre de Estefanía, que acudió de forma simultánea al domicilio, acometiendo contra ella, golpeándola. Acto seguido le tiró del pelo y la zarandeó en varias ocasiones», afirma.

Poco después, fue detenido por agentes de la Policía Local en un control lejano del lugar de los hechos, ya que fue interceptado por la Guardia Civil por una infracción de tráfico, dentro de la autovía A-92, a la altura del kilómetro 12 en sentido Almería. Cuando se vio sin posibilidad de huir, arremetió contra los agentes y forcejeó para evitar su detención. Los dos funcionarios sufrieron diversas heridas por las que la fiscal pide también sendas indemnizaciones.

Asimismo, la representante de la Fiscalía de Violencia de Género solicita 200.000 euros para los herederos por la muerte de Estefanía y otros 200.000 por la del pequeño Aarón. Para el padre de la fallecida se solicitan 1.000 euros por las heridas físicas y 3.000 por las secuelas; para su mujer, 4.500 euros por el primer concepto y 3.000 por el segundo.