Los alumnos de los conservatorios andaluces no pueden acceder desde 2013 a una plaza para el grado profesional debido a que la Junta de Andalucía implantó la Orden del 13 de marzo de 2013 y como consecuencia el reparto de plazas en conservatorios fue reducido. En el caso de Málaga, actualmente 76 alumnos aprobados se han quedado sin plaza y en el caso de Andalucía, la cifra asciende a 337.

Cuatro años son los que estos alumnos deben estar estudiando para poder acceder al grado profesional, cuatro años de» esfuerzo y sacrificio» que se ven truncados por la falta de plazas. Desde la plataforma por las Enseñanzas de Música en Andalucía ya se han manifestado exigiendo a la Junta que modifique la Orden del 13 de marzo de 2013 «para que se permita una adaptación de las plazas ofertadas inicialmente teniendo en cuenta la demanda y los recursos disponibles», explican fuentes de la plataforma.

El pasado 2 de agosto, algunos de los integrantes de la plataforma se reunieron con la viceconsejera de Educación, Elena Marín Bracho, y el recientemente nombrado director de Planificación Educativa, José María Ayerbe Toledano, para abordar el tema. Allí, según informa la plataforma, obtuvieron el compromiso a corto plazo por parte de Marín y Ayerbe para abordar el problema de los alumnos y alumnas aprobados sin plaza, evaluando con los centros las posibilidades de redistribución de las plazas ofertadas para el curso 2017/18.

Teresa Rodríguez, coordinadora de la plataforma en Fuengirola, destaca que en algunas ocasiones «hay plazas para algunos instrumentos que quedan desiertas por no haber alumnos que se examinen de ellas», por lo que, desde la plataforma, lamentan que no se habilite ninguna opción para que esas plazas vacantes se reserven a aquellos alumnos con otros instrumentos que se examinan, aprueban, pero no tienen plaza. Por su parte, la plataforma se formalizará este año legalmente para «seguir trabajando conjuntamente», explica Rodríguez.

El futuro de estos alumnos no está claro aún y cuando se quedan sin plaza, la única opción que tienen, si quieren seguir luchando en años posteriores para conseguirla, es ser suspendidos para que se les pueda matricular nuevamente. Un año entero más, lo que supone un gasto extra para esos jóvenes y un aumento del «tapón» de alumnos sin plaza que lo único que desean es poder continuar con sus estudios.