­El sentimiento de paternidad lo descubrió el malagueño Javier Cebrero en un orfanato de Bamako, la capital de Malí. A su lado, su mujer, Pilar. En los brazos de ella, la pequeña Mariam. Entonces, un bebé de nueve meses. En esa composición estaba todo. Siete años después, a Javier todavía le cuesta encontrar las palabras adecuadas para embridar un momento que recuerda con sumo cariño. En aquel orfanato se le iluminó la mirada. La vida está hecha de esos momentos mágicos irrepetibles, y hay que saber a dónde te llevan. Para Javier y Pilar fue la culminación de un deseo que la biología le negó. «Mi mujer y yo no podíamos tener hijos, pero teníamos el deseo de formar una familia», reseña Javier el paso que les llevó a contemplar la adopción internacional. Emprender el camino con alguien a quien quieres de verdad. Empiezan los trámites de rigor. Un periplo que se hace eternos. En el caso de Javier y Pilar pasaron cuatro años hasta que vieron como se cumplió el sueño. Las cosas son así. El tiempo parece eternizarse y de repente todo sucede muy rápido: «Recuerdo que mi mujer y yo habíamos llegado de pasar las vacaciones de agosto, con las maletas todavía hechas, cuando llaman al teléfono y me avisan de que en pocos días tenemos que ir a Malí». La euforia del momento es cuasi irreprimible. Un antes y un después que ya se va materializando en el horizonte. «Viajamos a Malí junto con otras cinco familias. Cuando llegamos, pues como uno se puede imaginar, todo es un caos», explica Javier. El viaje del hotel al orfanato. Hay que dibujarse la situación para entender la sensibilidad que aguarda la escena. En realidad, no hay más patria que la de los hombres libres y Mariam estaba a punto de conocer la suya. Siete años han pasado desde entonces. «En octubre cumple ocho años», señala Javier, mientras que habla de una niña que se ha integrado perfectamente. «Normalidad» es la palabra que más repite. Mariam ahora va a Gamarra. Hace amigos andando. Una niña inteligente que destaca por sus buenas notas. ¿Problemas? «Los cotidianos que puede dar cualquier niño a esa edad», contesta su padre. Recomendaciones para familias que estén pensando en una adopción: «Cuando adoptas, no es una obra de caridad. Tienes que tener claro que quieres ser padre y que vas a tener un hijo para siempre».