La historia de un fracaso anunciado. Así se puede resumir la novena reunión que volvió a sentar este lunes a sindicatos y a Aehcos. Ni cinco minutos y con un alejamiento en las posturas calificado como «inédito» por la responsable de CCOO, Lola Villalba. Una situación enquistada que hace palpable la convocatoria de una huelga en el sector ante el ultimátum que ya plantean los sindicatos: o hay un acuerdo para la semana que viene o registrarán el paro para los meses de julio, agosto y septiembre. Para mañana, hay prevista una reunión entre los sindicatos y Mahos, la otra patronal en la provincia. Los sindicatos buscan ahora este interlocutor, una vez que se han volado los puentes con la patronal de los hoteleros. La situación, en todo caso, es complicada. Aunque los sindicatos y Mahos se pongan de acuerdo, no se puede firmar un convenio si Aehcos no está en el mismo barco.

De acuerdo con Gonzalo Fuentes, líder autonómico del sector en el sindicato, cuentan con el total respaldo de los trabajadores. «Es algo que hemos comprobado en las movilizaciones de los últimos días y en la marcha que culminó en la capital», aseguró Fuentes. Subida salarial, descansos, complementos y jubilaciones. Son sólo algunos de los puntos que se pidieron por parte de los trabajadores y a los que no están dispuestos a renunciar. Cualquier otra cosa sería un retroceso histórico. «Llegamos a este punto con una mochila de derechos que hemos ido llenando en los últimos años y no estamos dispuestos a vaciar», precisó Fuentes en declaraciones a este periódico. A la tensa situación en las reuniones, calificada por Villalba como «un insulto a la mesa de la negociación», hay que unir la postura diametralmente opuesta de la patronal. Los hoteleros piden una mayor flexibilidad por parte de los trabajadores para afrontar los retos de un turismo que, según ellos, ha cambiado de manera galopante con la irrupción de internet y la proliferación de las viviendas turísticas. Por más urgencia que exista por resolver el conflicto, el presidente de Aehcos, Luis Callejón, volvió a dejar claro este lunes que los empresarios no van a aceptar ninguna propuesta que consideren contraproducente. La comparación con el nuevo convenio de hostelería que se ha firmado en Baleares, que prevé un aumento salarial del 17% en los próximos años, carece para los hoteleros de cualquier validez. «Seguimos teniendo el convenio más caro de toda España. Por mí, firmaría ahora mismo lo que se ha firmado en Baleares. Punto por punto», manifiesta Callejón.

A los sindicatos les preocupa que la dilación en la firma y un convenio que suponga mermas laborales acabe en una degradación de la calidad del turismo: «Todos somos personas, y entiendo que no se le puede exigir a un camarero que ponga su mejor sonrisa después de una jornada de trabajo de diez horas y cuando cobra 800 euros al mes». En este punto, Fuentes abre la puerta a hablar de la aparición de fenómenos como la «turismofobia», que, según él, se generan en el momento en el que los ciudadanos no perciben que se benefician del turismo».

Los sindicatos parten con un argumento de entrada que dibuja los últimos años, con afluencia masiva de turistas a la Costa del Sol, como un reguero de beneficios para los hoteleros. Fuentes, después de continuas subidas en los precios de las habitaciones, asegura que «los hoteleros han perdido la conexión con la realidad». Por el contrario, los empresarios aseguran que la rentabilidad no es tal como se pinta, y que unos incrementos salariales pondrían en peligro la propia supervivencia de muchos establecimientos de la Costa del Sol. La continuada indeterminación en torno al convenio de hostelería afecta en Málaga alrededor de 60.000 trabajadores. Un nubarrón, cada vez más negro, con el verano a la puerta.