Sucesos

El Gobierno confirma como violencia de género el homicidio de una turista en Málaga

La pareja de la víctima, también norteamericana, ingresó en prisión el pasado lunes tras prestar declaración ante un juez de la capital

El apartamento donde ocurrieron los hechos se encuentra en la plaza Enrique García Herrera.

El apartamento donde ocurrieron los hechos se encuentra en la plaza Enrique García Herrera.

La Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género ha confirmado como presunta violencia machista el homicidio de Bianca, la norteamericana de 43 años que murió estrangulada en un apartamento turístico de Málaga capital en circunstancias por las que su pareja ingresó en prisión el pasado lunes. A través de sus redes sociales, este organismo, dependiente del Ministerio del Interior, ha precisado que con este nuevo caso la violencia machista se ha cobrado este año en nuestro país la vida de 10 mujeres, mientras que la cifra asciende a 1.254 desde que hay estadísticas (2003).

Los hechos trascendieron la madrugada del sábado, cuando un aviso alertó de la presencia de una mujer incosciente en un apartamento turístico de la plaza Enrique García Herrera (plaza de Camas), en pleno Centro Histórico. Los sanitarios que se desplazaron hasta el inmueble sólo pudieron certificar la muerte de la turista por causas no naturales, momento en el que se hizo cargo de la investigación de la Policía Nacional.

Aunque en un primer momento se barajó que la mujer muriera accidentalmente durante prácticas sexuales extremas (asfixia erótica) y el hombre fue arrestado por un delito de homicidio por imprudencia, las pesquisas terminaron enmarcando su muerte en el ámbito de la violencia de género. Esto llevó al juez que tomó declaración al arrestado, también norteamericano y de unos 50 años, elevar el delito a investigar a homicidio, ordenar su ingreso en prisión provisional y anunciar que se inhibiría en favor de un juzgado especializado en violencia de género.

La víctima, que llevaba un tiempo viviendo en Xàtiva (Valencia), y el presunto agresor, que seguía asentado en Estados Unidos, habían viajado a la capital malagueña para pasar unos días de descanso.